EDITORIAL
Hipocresía política y derechos humanos
Los derechos humanos no pueden depender del color de la piel, y lo sucedido en la valla de Melilla es una flagrante violación de la Carta Europea, que obliga a dar alimentación y cuidados sanitarios a todos los migrantes, aunque estén en situación irregular, hasta que el Estado miembro de la Unión Europea decida si reportarlos a su país de origen o si pueden acogerse a la condición de refugiados por las circunstancias que sean. Y lo sucedido este fin de semana en la puerta del Mediterráneo de entrada al Estado español, y con él a Europa, es, a todas luces, inhumano. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, debe reflexionar y muy seriamente sobre sus vergonzosas declaraciones felicitando a los policías tras la masacre.
No cabe en la Europa origen de la democracia esta doble vara de medir que estamos empleando con los migrantes. Si vienen de Ucrania son acogidos con toda la solidaridad de la que somos capaces porque su país ha sido invadido por las tropas rusas y la democracia del continente está en juego. En cambio, si vienen del sur, donde las dictaduras imperan igual que en la Rusia de Putin, se les puede disparar sin miramientos con la excusa de que no se puede permitir que las mafias de personas logren sus objetivos.
No es de recibo tanta hipocresía política porque, además, la Unión Europa está dejando en manos de países terceros y no democráticos la custodia fronteriza de entrada al continente. La geopolítica está siempre sobre la mesa y nadie puede vivir al margen de ella, pero, si ya fueron un giro de 180 grados los acuerdos del PSOE con Marruecos y el Sáhara, más cuesta de digerir escuchar a un destacado dirigente de la izquierda española felicitando a los policías con muertos bajo la valla y considerar “ejemplar” la actuación llevada a cabo. Nadie duda que la política migratoria es una problemática a resolver por la Unión Europea, pero de abrir este debate a aplaudir la execrable actuación en Melilla dista un mundo.
De sabios es rectificar, y resultaría edificante que así lo hiciera el máximo representante del Gobierno español.
Diversidad es también libertadHoy se celebra en todo el mundo el día del orgullo LGTBI+, una jornada para recordar y reivindicar la libertad que tienen todas las personas para escoger su identidad sexual y el apoyo social y legal que deben recibir para poder vivir de acuerdo con su forma de ser y amar. Este es un largo camino en el que se ha avanzado mucho en los últimos años, pero en el cual todavía quedan demasiados estigmas y discriminaciones que convierten en víctimas a muchos representantes de estos colectivos.
La diversidad es también libertad y en esta senda debemos seguir caminando y luchando.