EDITORIAL
Prudencia máxima para evitar incendios
Lleida y buena parte de Catalunya vuelven a estar este fin de semana en alerta por el riesgo de incendios forestales por la combinación de una nueva ola de calor, el pronóstico de que habrá un frente de tormentas eléctricas sin precipitación y lo extremadamente secos que están los bosques y la vegetación en general. Así lo pusieron ayer de manifiesto los participantes en la primera reunión de coordinación de esta campaña de los cuerpos de emergencias implicados en la lucha contra los incendios en Lleida, que llega cuando las comarcas de Ponent, especialmente el término municipal de Artesa de Segre y en menor medida el Solsonès y el Alt Urgell, ya han sufrido importantes fuegos. Los responsables del dispositivo hicieron hincapié en que este verano el riesgo es muy alto porque la combinación de altas temperaturas y masa forestal abundante y seca facilita que los incendios se propaguen de forma más rápida y virulenta, dificultando su control y extinción.
Además, como sucedió hace unas semanas, es posible que haya varios a la vez, lo que obliga a los bomberos a tener que dispersar sus efectivos. Otra cuestión que hay que tener muy en cuenta es que esta situación está pasando de ser coyuntural a convertirse en estructural debido al cambio climático. Por todo ello, es necesario extremar al máximo las precauciones y evitar imprudencias como tirar colillas al lado de la carretera, que precisamente es la causa más probable del segundo incendio en Artesa de Segre, que esta semana ha calcinado casi 130 hectáreas.Precampaña en la PaeriaEl pleno de la Paeria del jueves estuvo marcado por el hecho de que la oposición vetó una modificación de presupuesto de 622.000 euros al no conseguir el gobierno de ERC y Junts –que solo cuenta con 12 de los 27 concejales– ningún apoyo, ya que sus exsocios del Comú se abstuvieron, mientras que el PSC, PP, Cs y los ediles no adscritos (13 en total) votaron en contra.
El veto estuvo motivado porque el cambio en las cuentas incluía una partida destinada al derribo de los antiguos silos de Pardinyes, donde se construirá el albergue. El debate fue más que intenso y evidenció que las formas de la política local cada vez se parecen más a las vigentes en el Parlament o el Congreso de los Diputados, donde hay broncas casi en cada sesión. Lo más curioso de todo es, por un lado, que este veto no impedirá la demolición de los silos y, por el otro, que durante algunas semanas quedarán bloqueadas otras partidas.
Desde fuera, da la impresión que tanto el gobierno como los grupos de la oposición han priorizado más acentuar sus diferencias pensando en las elecciones municipales, para las que falta casi un año, que intentar buscar puntos de acuerdo. Será una precampaña muy larga.