EDITORIAL
La cultura como signo de normalidad
La recuperación de la actividad cultural sin restricciones de aforo es el mejor indicador de que tras dos años duros de pandemia se avanza hacia la plena normalidad. Aunque es la cenicienta de las administraciones y se le destina menos del 2% del presupuesto de la Generalitat, por ejemplo, lo cierto es que la cultura es un importante motor económico y la principal aliada del turismo de calidad. Este verano se han programado una treintena de festivales de música, cine y artes escénicas en las comarcas de Lleida o, lo que es lo mismo, más de 400 actividades para todos los gustos y edades.
A las propuestas más que consolidadas de Dansàneu y Esbaiola’t en el Pallars Sobirà, FiraTàrrega en la capital del Urgell o el Festival Internacional de Música de Cervera, se suman proyectos nuevos como el Magnífic Festival de Lleida, que ya demostró hace unas semanas que había muchas ganas de música con todos los conciertos a pie de Seu Vella llenos hasta la bandera. Sin dejar la capital del Segrià, en septiembre se celebrará la primera edición del Mediterránea Festival, de carácter urbano y electrónico y que contará con figuras como Omar Montes y Morad. También estrenarán festivales localidades como Seròs y Térmens.
El Entrerius de Térmens empieza hoy con un grupo pop de Km 0, Renaldo & Clara. El día 9 será el turno del Fruit Music Seròs, que llevará a los Doctor Prats al Baix Segre en plena campaña de recogida de la fruta. Son solo unos pocos ejemplos de cómo la cultura puede actuar como dinamizador de un territorio y de motor económico para reactivar el turismo y sectores que se han visto afectados por la crisis, como el de la restauración.
Una apuesta ganadora que a menudo surge de la sociedad civil. Para muestra, el Mercat Romà de Guissona, que nació como un reencuentro de amigos auspiciado por Miquel Parramon. Decidieron disfrazarse de romanos y organizaron una bacanal como si la fiesta tuviera lugar en la antigua Iesso y solo tres años después la actividad se convirtió en el Mercat Romà, uno de los principales reclamos del verano de la Segarra, con permiso del Aquelarre de Cervera.
Arcoíris todo el añoLas banderas del arcoíris han vuelto a ondear coincidiendo con el Día del Orgullo Gay, que se conmemora el 28 de junio. Ayer en Lleida salieron a la calle unas 200 personas para dar apoyo y visibilidad al colectivo LGTBI. Son gestos importantes, pero no hay que olvidar que según el Observatorio contra la Homofobia, los ataques contra este colectivo han crecido un 34% en el primer semestre de este año en Catalunya.
Hasta el mes de mayo se habían producido al menos tres incidentes LGTBIfóbicos en las comarcas de Lleida, según denunció la entidad Colors de Ponent. Todavía queda mucho por hacer.