EDITORIAL
El gran valor de los campus deportivos
La conversión del deporte en un fenómeno de masas ha propiciado que muchos niños tengan como ídolos a Leo Messi, Alexia Putellas, Pau Gasol, Marc Márquez o Rafa Nadal, por poner solo cinco ejemplos, y sueñen con llegar a ser como ellos. También es habitual que haya padres que compartan este sueño y hagan todo lo posible por facilitar que sus hijos entrenen y jueguen durante todo el año en los clubes de base, con la aspiración de que puedan llegar a la élite. Es evidente que hay que esforzarse en todos los ámbitos de la vida, pero sería bueno que la fiebre mediática por los ídolos de turno no nos hiciera olvidar que es mucho más sano el deporte de base que el puramente competitivo.
y este es precisamente lo que promueven la mayoría de campus de verano que se celebran en la provincia, en los que participan miles de niños. Expertos como el psicólogo deportivo Àlex Gordillo y el médico Xavier Peirau coinciden en destacar los beneficios que tiene la actividad física para los menores y la necesidad de que estos campus tengan también un carácter lúdico y no primar la competitividad, con el objetivo de no “quemar” a sus participantes, muchos de los cuales ya practican deporte durante el resto del año. También señalan los beneficios que comporta la convivencia con otros menores fuera de casa durante varios días, rompiendo la rutina habitual.
Otro aspecto positivo, que no tiene nada que ver con los anteriores, es que los campus sirven para crear actividad económica en los lugares donde se celebran. Un ejemplo de ello es Rialp, que lleva años cediendo su campo de fútbol para este tipo de actividad, ya que los grupos de niños y las visitas de las familias generan ingresos para los negocios locales. Además, el hecho de que este verano y el anterior haya acogido el Pep Summer Camp que organiza Pep Guardiola ha supuesto una gran promoción para el municipio.
Pero, aunque el aspecto económico siempre sea importante, lo primordial es que estos campus de verano fomenten la actividad física de los niños y que lo hagan de forma lúdica, para que sus participantes vean que hacer deporte es bueno por sí mismo, dejando de lado la competitividad extrema que conlleva la élite.
Las fiestas son importantesEl fin de la gran mayoría de las restricciones de la Covid ha permitido que desde la pasada primavera se hayan recuperado las fiestas y celebraciones masivas. Si en mayo Lleida volvió a vivir el Aplec del Caragol, ahora Balaguer y parte de la Noguera celebran la Transsegre.
La gran participación que registran esta y otras fiestas populares después de dos años suspendidas por la pandemia demuestra que tienen una importancia para la comunidad que va mucho más allá del ocio.