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Desde hace ya algunas semanas las advertencias sobre la llegada de un otoño caliente, económicamente hablando, son cada vez más frecuentes y claras. Los efectos de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, además de la tragedia que suponen las vidas que se está cobrando, son más que evidentes a todos los niveles. Ahora ya tenemos una nueva muestra de los perjuicios económicos que seguirá comportando.

En este caso llegará de la mano de la Comisión Europea, que presentará el próximo miércoles el plan Ahorra gas para un invierno seguro con el que pide limitar el aire acondicionado a 25 grados y la calefacción a 19, extremos que difícilmente se cumplen en la actualidad a todos los niveles, pese a ser los recomendados. Además, la CE aconseja que las industrias que tengan posibilidades para hacerlo usen otras fuentes de energía para aumentar las reservas gasísticas cuanto antes. Bruselas reclamará a los países miembros que incentiven con compensaciones económicas la reducción del consumo de gas de empresas como parte de las medidas de la Unión Europea para prepararse para un invierno marcado por una probable decisión de Rusia de cortar el suministro al continente.

El texto subraya que los flujos de gas desde el país invasor han caído un 30% en comparación con la media del periodo 2016-2021 y parte de esta reducción “ha sido el resultado de acciones repentinas, injustificadas y unilaterales de Gazprom para disminuir o detener las entregas a consumidores europeos con el objetivo de trastocar la actividad económica y manipular los precios”. “No hay razones para pensar que este patrón cambiará. En cambio, una serie de señales, como la última decisión de reducir aún más el suministro a Italia, apuntan a un probable deterioro de las perspectivas de suministro de gas”, advierte la Comisión Europea.

Ante este panorama, el Gobierno español ya pidió el jueves a empresas, agentes sociales y consumidores aportaciones y sugerencias para revisar su plan de contingencia ante la previsible crisis energética que está en ciernes. Así las cosas, mejor será que empecemos todos a ajustar los termostatos y, pese a la ola de calor en la que estamos inmersos, intentemos no vivir en un clima ártico y, en invierno, evitemos las temperaturas tropicales en los interiores.La hora del diálogoEn plena tormenta política en la Generalitat por la imputación de Laura Borràs, que ha tensado aún más las relaciones entre Junts y Esquerra, ayer tocó cumbre de deshielo después del Catalangate entre los presidentes Pere Aragonès y Pedro Sánchez en Madrid, un tímido primer paso hacia la mesa de diálogo que se reunirá a finales de mes. Hacía diez meses que el diálogo brillaba por su ausencia.

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