Más catalán y menos judicialización

Si fuera necesario resumir muy sucintamente el resultado de la reunión de ayer de la mesa de diálogo entre los representantes de los gobiernos catalán y español, el resultado sería el titular que encabeza estas líneas. Ambas delegaciones acordaron avalar la fórmula aprobada por el Parlament para garantizar el catalán como lengua vehicular en la escuela y reconocer asimismo el “uso curricular” del castellano. De hecho, el acuerdo apoya explícitamente “el desarrollo del marco normativo reciente, consagrado por el Parlament” con la reforma del pasado junio, que “da amparo a los usos y aprendizajes lingüísticos del catalán, del castellano, del aranés en la Val d”Aran” y creen que dicha ley “se adecua al marco constitucional y estatutario”.

En el aspecto lingüístico, en la reunión de ayer también se acordó que el Gobierno de España se compromete a “solicitar a la presidencia del Parlamento Europeo la consideración del catalán como lengua de uso en el pleno y a efectos del ejercicio del derecho de petición”, y también se impulsará la revisión del reglamento del Senado para poder utilizar el catalán en la Cámara Alta, requisito necesario previo para que el idioma tenga la puerta abierta en las instituciones europeas.Por lo que respecta a desjudicializar la política, el ministro de la Presidencia del gobierno de Pedro Sánchez, Félix Bolaños, señaló que la actividad política e institucional debe llevarse a cabo dentro del ordenamiento jurídico vigente, añadiendo que “se renuncia a acciones que dejen la política fuera del juego democrático”. Por su parte, la consellera de la Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà, también celebró estos “primeros acuerdos para avanzar en la superación de la judicialización”, en lo que consideró un “paso previo imprescindible” para afrontar la “resolución del conflicto político en Catalunya”, si bien advirtió que, mientras no se reconozca el derecho a la autodeterminación, esa resolución seguirá estando “lejos”, por lo que urgió a que se introduzcan cambios legislativos antes de finalizar el año para lograr ese objetivoEn definitiva, tras la reunión de ayer de la mesa de diálogo, la primera después de casi once meses, se ha logrado transmitir una imagen de cierto acercamiento tras los numerosos desencuentros de las últimas semanas, especialmente como resultado del escándalo del Catalangate, y se puede decir que ha habido avances aunque tímidos. La música suena bien pero falta terminar la letra.

Y, como era de esperar, tanto la oposición del Gobierno central, como la del catalán, conjuntamente con Junts, que forma parte del Ejecutivo, criticaron o restaron importancia a los acuerdos. Ambos ejecutivos se deben esforzar sin más demora de tiempo para demostrar que están equivocados.