La medicina requiere presencialidad

Casi la mitad de los más de cuatro millones de visitas registradas en 2021 en los Centros de Atención Primaria (CAP) de las regiones sanitarias de Lleida y del Alt Pirineu i Aran fueron por teléfono e internet –a través de La Meva Salut o correo electrónico–, según consta en las memorias del pasado año de estas demarcaciones sanitarias. Además, las visitas totales han aumentado en más de un millón con respecto al año anterior a la pandemia, ya que en 2019 hubo 3,134 millones. Las telemáticas se dispararon a raíz de las restricciones por la Covid, que provocaron un freno a las presenciales, y, a la vez, generaron que hubiera más consultas por los contagios de este virus.

Así, en 2021 hubo 4,145 millones de visitas en los ambulatorios, de las que 2,2 millones fueron presenciales y 1,896 millones por teléfono e internet (1,2 millones y 681.000, respectivamente). En paralelo, hubo 140.000 visitas a domicilio. Estamos de acuerdo con la directora del CAP de Tremp, Teresa Montanuy, sobre que La Meva Salut ha mejorado mucho su accesibilidad y es más sencilla y rápida que antes de la pandemia y también creemos que tiene razón Salud cuando dice que no tenía ningún sentido que muchos pacientes tuvieran que ir al CAP antes de la Covid para recibir unos análisis clínicos que pueden perfectamente enviarse y comentarse online. Todos hemos aprendido durante esta crisis sanitaria que el teletrabajo es eficiente y puede suplir perfectamente la presencialidad de muchos trabajos, trámites y consultas.

Hasta ahí habría unanimidad en los avances tecnológicos conseguidos. La controversia vendría cuando muchos pacientes aseguran que deben esperar meses para ser visitados por los médicos de forma presencial, lo que puede demorar análisis o diagnósticos que son básicos para detectar, tratar y curar cualquier enfermedad. La propia Teresa Montanuy comentaba en este periódico el martes que el factor humano es básico en la medicina y no podemos más que apoyar sus palabras. La medicina primaria se fundamenta en la confianza entre los facultativos y los pacientes y el seguimiento y conocimiento de cada enfermo, y la presencialidad es indispensable para todo aquello que no es un mero trámite burocrático o la renovación de tratamientos o análisis clínicos.

De todas las ventajas que el teletrabajo ha aportado a nuestra sociedad, el distanciamiento de los pacientes no es uno de ellos y no nos cansaremos de insistir en la necesidad urgente de dotar a la medicina familiar y comunitaria de todos los recursos necesarios que se recortaron ya hace años. La detección precoz de cualquier enfermedad es básica para su curación. En resumen, bienvenida sea la eliminación de arcaicos trámites burocráticos, pero en ningún caso la pandemia puede ser una excusa para eliminar presencialidad de enfermos en los Centros de Atención Primaria, el primer escalón del sistema sanitario.