SEGRE

EDITORIAL

Un inicio de curso con relativa normalidad

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El curso más madrugador comenzó ayer, una semana antes de lo que era habitual, con relativa normalidad para 36.483 alumnos de Infantil y Primaria de Lleida, sin huelgas, sin medidas anti-Covid y sin el 25% de castellano. La principal incidencia se registró en la escuela de Artesa de Segre, donde la mayoría de padres secundaron el plante promovido por familias de niños de Infantil contra un polémico docente, ya que rechazan que dé clases a sus hijos. La protesta contra este maestro no es nueva, porque se ha producido en otros centros en los que ha estado destinado en cursos anteriores a lo largo de la última década, evidenciando que los sucesivos equipos que han pasado por la conselleria de Educación no han gestionado bien esta cuestión.

Si este docente no reúne las condiciones para ejercer, hace tiempo que debería estar fuera de la bolsa para cubrir interinajes y sustituciones. De hecho, hace unos años el departamento intentó excluirle, pero la justicia acabó revocando el expediente, al parecer por un defecto de forma, pero seguro que deber haber alguna vía para lograrlo. Y si el departamento considera que sí cumple los requisitos, debería exponerlo con tiempo y de forma detallada a los padres.

A nivel general, el adelanto de la vuelta a las aulas ha provocado un gran cambio organizativo: durante todo este mes solo hay clases por la mañana, mientras que la jornada de tarde se reduce a una hora destinada exclusivamente a actividades extraescolares. Esta circunstancia ha obligado a tener que contratar monitores para cubrir este servicio. Educación, las direcciones de los centros y hasta los ayuntamientos han tenido que trabajar en muchos casos a contrarreloj para tener profesionales suficientes, y algún centro incluso ha recurrido a personal docente para que se hiciera cargo del mismo.

Lo sucedido demuestra que la conselleria ha actuado con cierta improvisación a la hora de aplicar todos los cambios que comporta iniciar antes el curso. Además, da la sensación de que la gran prioridad ha sido encontrar personal suficiente para estas actividades extraescolares, sin planificar su contenido. Es imposible saber cuánto, pero seguro que este punto ha influido en el hecho de que muchas familias hayan decidido no hacer uso de este servicio, hasta el punto de que en varios colegios de las comarcas de Lleida la demanda ha sido minoritaria.

Precisamente, también ha habido algunos que han tenido suficientes monitores porque una parte de sus alumnos no han acudido. El conseller Josep Gonzàlez-Cambray defendió de nuevo ayer el avance del curso por motivos pedagógicos y afirmó que en las próximas semanas evaluarán junto con la comunidad educativa cómo ha funcionado esta medida. Sería bueno que las decisiones que se adopten sean lo más consensuadas posible para evitar que se repitan las tensiones vividas durante los últimos meses.

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