Más inversión en ciencia y universidades

La Universitat de Lleida (UdL) acogió ayer el acto de inauguración oficial del curso universitario de Catalunya con un anuncio importante de la consellera Gemma Geis, una ley de Ciencia que ha de servir para diezmar la precariedad actual de las personas que se dedican a la investigación. Evidentemente, como en todas las leyes, la música suena muy bien pero hace falta que la letra acompañe. No es digno de un país como Catalunya que los científicos tengan que emigrar como durante el franquismo porque aquí tienen sueldos de becarios.

Ni es de recibo que mientras la pandemia nos ha enseñado que la ciencia y su aplicación es uno de los valores que más debemos preservar, tengamos memoria de pez y en cuanto la crisis no es acuciante nos olvidemos de la precariedad de estos hombres y mujeres que cobrando infinitamente mucho menos que cualquier futbolista de Primera División contribuyen miles de veces más al progreso. Es cierto que las finanzas catalanas padecen un lastre histórico por el déficit fiscal, pero esto no ha de servir de excusa para destinar cuantos fondos sean necesarios para convertir el mundo académico y científico en una prioridad absoluta y más en Lleida, que según el rector, Jaume Puy, está a la cola de inversiones en investigación. Buena noticia es también que 850 profesores asociados, con precariedad total, pasen a ocupar plaza fija y que para ello la conselleria destine una partida de 30 millones.

Y como guinda, Josep Vallverdú deleitó a los presentes con un repaso de los grandes avances del último siglo, en un discurso en el que criticó el trato a los migrantes y reivindicó el catalán.

Gasto familiar disparado

El gasto de una familia media aumentará un mínimo de 270 euros mensuales si la inflación sigue por encima del 10% en lo que queda de año, dado que todos los gastos fijos están disparados, desde la luz, que ayer subió un 27%, al gas, la cesta de la compra, o los combustibles, entre otros. Las medidas adoptadas por el Gobierno central, Rodalies y regionales gratuitos hasta finales de diciembre y descuentos en otros transportes, tope al precio del gas y bonificaciones a familias vulnerables, se quedan muy cortas para equilibrar el aumento de precios.

Y no solo las familias padecerán esta crisis económica, ya que muchas empresas tampoco podrán soportar los elevados costes de producción, sobre todo las que necesitan un elevado gasto energético o de carburantes. Para más inri, los tipos de interés van al alza a día que pasa y si bien es una medida oportuna para frenar la inflación, a su vez cierra el grifo al crédito a muchas firmas e incrementa los costes de las hipotecas. Se deben tomar decisiones y rápido para frenar esta crisis que nos amenaza a todos.