EDITORIAL
Los militantes tienen la última palabra
Si no existe un giro inesperado de guion, el Govern de la Generalitat que forman ERC y Junts tiene las horas contadas al finalizar sin acuerdo las conversaciones de este fin de semana entre ambos partidos. Ahora, será la militancia de JxCat la que decida sobre la pregunta clara que Jordi Turull hizo pública ayer: “Quieres que Junts siga formando parte del Govern de Catalunya?”, y, por mucho que algunos consellers y conselleres del Govern hagan campaña para quedarse en el ejecutivo y poder terminar proyectos comenzados, ayudar a los alcaldes de cara a las municipales de la próxima primavera y asegurarse visibilidad y altos cargos, el matrimonio de conveniencia que forman desde el 2015 con Junts pel Sí parece condenado al divorcio. Tras las elecciones del 155 (diciembre de 2017), en las que Ciudadanos fue el partido más votado con 37 escaños, y ya sin coalición nacionalista, Junts logró 34 y pactó un ejecutivo de unidad independentista con Esquerra (32), ya que se quedaron a dos escaños de la mayoría absoluta, pero toda la legislatura estuvo marcada por las desavenencias y las dos maneras de afrontar la hoja de ruta post-1-O.
La diferencia básica de estas dos almas del soberanismo está clara. Mientras ERC, que ahora dirige el timón al sumar un diputado más que Junts en 2021 (33-32, por otros 33 del PSC), apuesta por un diálogo sin fecha límite con el Gobierno central, aprovechando que gracias al apoyo republicano el PSOE logró arrebatar la Moncloa al PP, los de Turull-Borràs ven esta mesa estéril y reiteran la apuesta frentista hacia la independencia. Además, los de Junqueras no consideran suficiente el 52% actual para recibir el apoyo internacional a una nueva consulta, mientras que Junts, sí.
Cada cual tendrá sus lícitas razones, pero está claro que esta inestabilidad no ayuda a la ciudadanía ni a las crisis que tenemos encima de la mesa. Por tanto, que cada cual decida libremente lo que crea oportuno para sus votantes e ideología, pero Catalunya necesita un gobierno fuerte y lo necesita ya, y socialistas y comunes ya se han ofrecido en diversas ocasiones a debatir su apoyo para sacar adelante los presupuestos, y es de suponer que, si el president Aragonès apuesta por la vía en solitario, tendrá atado un pacto de mínimos, porque lo contrario nos abocaría a unas nuevas elecciones.
La Fiesta del Cine
La Fiesta del Cine vuelve de nuevo este mes de octubre y desde ayer hasta al próximo jueves celebramos un evento popular con el que se podrá disfrutar de todas las películas que están en la cartelera de diferentes salas a un precio de lo más asequible: 3,50 euros la entrada. El cine es cultura y mantener esta industria, sea en el formato que sea, es prioritario.