EDITORIAL
Nuevo Govern en un escenario de bloqueo
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, anunció ayer los nombres de los nuevos siete consellers que sustituyen a los de Junts per Catalunya tras su marcha del Govern. Las principales novedades son Joaquim Nadal, exlíder del PSC y exconseller en los dos tripartitos de izquierdas, el exdiputado e histórico de CDC Carles Campuzano y la exdirigente de Podem Gemma Ubasart. Entre los cuatro restantes, destaca la vuelta al Executiu de la leridana Meritxell Serret al frente de Acción Exterior, tras haber dirigido Agricultura desde enero de 2016 a octubre de 2017.
Las tres incorporaciones más mediáticas responden a la voluntad de Aragonès de demostrar que su nuevo Govern representa a la mayoría de la ciudadanía, tal como afirmó en un tuit. Ahora bien, la realidad es que de entrada solo cuenta con el apoyo de los 33 diputados de Esquerra en el Parlament, de los 135 que lo conforman. En los últimos años, el procés había dividido la política y la Cámara catalana en dos bloques: el independentista y el constitucionalista, y solo los comuns intentaban quedar un tanto al margen.
Ahora, el primero ha quedado roto con el divorcio entre ERC y Junts. Ambas formaciones, tras años de lucha soterrada, han llevado su enfrentamiento a un nivel que hace difícil que a corto plazo vuelvan a colaborar. Junts, con 32 diputados, insiste en que Aragonès debe convocar o una cuestión de confianza o elecciones, así que nada hace prever que dé apoyos puntuales al nuevo Govern, incluso en lo que respecta al proyecto de los nuevos presupuestos, a pesar de que es obra del que era uno de sus consellers, Jaume Giró.
El PSC, primer grupo parlamentario con los mismos 33 escaños que ERC pero más votos, se ha abierto a negociarlos, pero el líder de Esquerra, Oriol Junqueras, reiteró el sábado que en ningún caso están dispuestos a alcanzar acuerdos con los socialistas argumentando que “no están comprometidos con el fin de la represión”. Como los 8 diputados de los comuns y los 9 de la CUP –que además no apoyó las cuentas de este año– son insuficientes para lograr una mayoría, hay bastantes posibilidades de que los presupuestos se acaben prorrogando, como apuntó el propio Junqueras. No obstante, si esta situación se mantiene, con Junts intentando forzar elecciones a la vez que ERC veta posibles pactos con el PSC, será más que difícil que el Govern pueda sacar adelante cualquier iniciativa en el Parlament, lo que llevaría a un bloqueo político en el que podría hacer poco más que gestionar unos presupuestos prorrogados.
¿Puede comportar un cambio significativo en este panorama la nueva composición del Executiu? De entrada parece complicado, porque, por mucho que los “fichajes” de Nadal, Campuzano y Ubasart den una imagen de búsqueda de consenso, Junts reiteró su petición de elecciones, por lo que todo queda a expensas de que se levante o no el veto al PSC. .