Ayuso vuelve a ganar la partida a Feijóo

Isabel Díaz Ayuso vuelve a ganar otro pulso a la dirección nacional del PP. La presidenta madrileña, que lleva desde el anuncio de la negociación entre su partido y el PSOE para la renovación del Poder Judicial zancadilleando los avances con críticas más o menos veladas, se puso en contacto en la mañana del jueves con su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, para trasladarle su oposición a ese posible pacto. A última hora de la tarde, los conservadores anunciaban la ruptura de las conversaciones, alegando en esta ocasión la reforma del delito de sedición, que la propia portavoz parlamentaria del partido, Cuca Gamarra, había desligado hace unos días del hipotético acuerdo.

El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Moreno Bonilla, también estuvo en contacto con Feijóo tras conocerse las declaraciones de la ministra de Hacienda María Jesús Montero, que abrían la puerta a una reforma del delito de sedición. Al parecer, le trasladó que es “absolutamente inaceptable que el Gobierno juegue con dos barajas, porque la reforma del delito de secesión es un indulto camuflado a los líderes independentistas y un insulto a los españoles”. Y así, el líder popular dio marcha atrás en la palabra dada y sigue dejando a la justicia española en una posición vergonzosa, que no solo incumple la Constitución sino que es todo un ejemplo de cómo romper la sagrada separación de poderes, tratando de dictar los designios políticos de un Estado a través del poder judicial, cuando es al Gobierno y a su parlamento al que corresponde en democracia esta función.

El inmovilismo conservador está poniendo palos a todas las ruedas que quieren superar la transición para convertir España en un país moderno y dejar atrás los tics propios del postfranquismo. Y si Núñez Feijóo aspira a ser algún día el presidente del ejecutivo español, debería tomar las riendas moderadas que le llevaron al poder en Galicia porque a políticas extremistas y ultraderechistas siempre le ganará Vox y la única posibilidad que tiene el Estado de asegurar su supervivencia es escuchando las voces europeas que exigen la renovación del Poder Judicial y, por supuesto, apostar por un diálogo con contenido con Catalunya.

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