EDITORIAL
El valor del sector primario leridano
La economía del llano de Lleida puede recuperar los niveles prepandemia a finales de este año, según las previsiones del catedrático de la UAB Josep Oliver, director del Anuari Comarcal del BBVA. Este informe anual no prevé tampoco que Catalunya entre en recesión durante el próximo 2023, que califica también como año de transición. Lleida llegó a bajar hasta 10 puntos su PIB en los dos años del coronavirus, pero ha retomado un crecimiento medio del 5,8% en el llano.
Ya evaluamos durante la crisis sanitaria que las zonas con alto valor productivo primario, como es el caso de Lleida, sufrían menos la recesión que comportó el parón económico en muchos sectores a causa del virus, hecho que nos ha de hacer reflexionar sobre las fortalezas que tanto la agricultura como la ganadería tienen para nuestro futuro. Sin duda el campo y los recursos hídricos comportaron un valor incalculable para el progreso de nuestras comarcas, que vivieron a partir de los años 70 una época de gran prosperidad. Los tiempos han cambiado y las pequeñas y medianas explotaciones han visto caer sus ingresos de forma alarmante y corren el peligro de ser absorbidas por la competencia de las grandes firmas si las administraciones no diseñan una hoja de ruta que incentive estas explotaciones familiares, vitales para mantener una economía diversificada y competitiva.
La pandemia ha demostrado las capacidades de la agroalimentación y de toda la economía de proximidad, como estas cifras del BBVA constatan, y solo cabe incentivar desde todas las vertientes posibles el sector primario y su amplio abanico de industrias y negocios que lo complementan. Aprendamos a valorar el potencial de nuestra riqueza natural y diseñemos un futuro que se sustente en estos sectores, complementándolo evidentemente con los servicios, comercio y restos de ejes vertebradores de una sociedad equilibrada y sostenible.La ley del sí es sí
El proyecto de Ley de Garantía de la Libertad Sexual (ley del solo sí es sí), diseñado por el Ministerio de Igualdad, ha reformado el Código Penal para que el consentimiento expreso sea clave al juzgar los delitos sexuales y borra la distinción entre abuso y agresión sexual. Una ley necesaria que evita la impunidad o condenas muy bajas para todos aquellos casos de agresiones sexuales varias que quedaban en abusos por no haber penetración o no estar clara la negativa de la víctima, por miedo, sumisión o el motivo que fuere.
Al no haberse aprobado un periodo de transición de la ley, se ha dejado un agujero que puede favorecer revisar a la baja algunas condenas. La armonización y la variación de horquillas requiere ajustes y deben hacerse, para evitar favorecer precisamente a los que se quería castigar, pero en ningún caso debe servir para cuestionar esta ley.