EDITORIAL
Préstamos hipotecarios
El Gobierno ha negociado con la banca poder llevar las ayudas a hipotecados vulnerables. Patronales y Ejecutivo han sellado un acuerdo que, a falta de los últimos flecos, ayudará hasta a un millón de familias a mitigar el impacto de la continua y acelerada subida de tipos de interés en el pago de la cuota de sus hipotecas. Por un lado, las patronales AEB, CECA y Unacc y el Ejecutivo han acordado actualizar el Código de Buenas Prácticas que estaba vigente hasta ahora, aprobado en 2012, con el objetivo de adaptarlo al contexto actual.
De esta forma, los clientes vulnerables tendrán la posibilidad de reestructurar el préstamo hipotecario con un tipo de interés más bajo durante la carencia del principal de cinco años (euríbor -0,1% frente al euríbor +0,25% actual). Igualmente se amplía a dos años el plazo para solicitar la dación en pago de la vivienda y se contempla la posibilidad de una segunda reestructuración. Los requisitos para acogerse a estas medidas es que los hogares tengan una renta inferior a 25.200 euros anuales y que dediquen más del 50% de su renta mensual al pago de la hipoteca, como venía establecido en el código actual.
Además, el acuerdo entre Ejecutivo y patronales ha ampliado el rango y permitirá que las familias que no cumplan con el criterio del incremento de un 50% del esfuerzo hipotecario puedan acogerse a estas medidas, con una carencia de dos años, a un tipo de interés menor durante el tiempo de carencia y una extensión del plazo de hasta siete años. Insistimos que falta leer la letra pequeña y que las entidades financieras se sumen al plan, ya que es voluntario, pero inicialmente es una buena medida que puede ayudar a aliviar la economía de familias. En segundo lugar, el pacto incluye un nuevo Código para las clases medias en riesgo de vulnerabilidad por el incremento de la cuota hipotecaria.
Esta medida, que estará vigente durante dos años, busca que estas personas tengan una adaptación más gradual al nuevo entorno de tipos de interés, debido a la acelerada subida que han experimentado en los últimos meses. Podrán acogerse los hogares con renta inferior a 29.400 euros anuales, con hipotecas que se hayan formalizado antes del 31 de diciembre de 2022. Para ponerle una objeción, cabría también pedir para las clases medias más allá de estos 29.000 euros, que están en la misma situación por los tipos al alza, alguna medida que pueda mitigar la pérdida de poder adquisitivo que les comportará, porque es precisamente este amplio sector de nuestra sociedad el que más contribuye a las sinergias económicas necesarias para mantener el estado del bienestar.
De todos los sectores castigados por la crisis del 2008, la banca, que fue rescatada con dinero público, es el que mejor parado ha salido y sería lógico que ahora ayudaran a sus clientes a superar esta nueva recesión económica.