EDITORIAL
Entre el Gran Recapte y el Black Friday
La semana que hoy llega a su fin está marcada por los contrastes, especialmente en lo que respecta a temas económicos domésticos. El viernes daba inicio la edición número 14 del Gran Recapte, uno de los grandes hitos solidarios de Catalunya junto a La Marató de TV3 y que permite proporcionar alimentos y productos de primera necesidad a los más vulnerables. Quizá sea una de las convocatorias, la de este 2022, más vitales puesto que la cifra de usuarios del Banc dels Aliments, que es la entidad organizadora de la campaña, no para de crecer como consecuencia de los nefastos problemas económicos derivados de la pandemia de Covid.
Así, solo en las comarcas de Lleida son más de 28.000 las personas que requieren ayuda de la citada entidad para poder subsistir, mientras que las aportaciones que recibe el Banc en concepto de productos se han visto mermadas en un 12 por ciento. Es por ello que los organizadores han lanzado un SOS para que nadie baje la guardia y colabore en la medida de sus posibilidades. A nivel de Ponent se necesitan 300.000 kilogramos de alimentos para asegurar el suministro de sus usuarios hasta el tercer trimestre del próximo año, mientras que en el conjunto de Catalunya la cantidad requerida asciende a 5 millones de kilos para cubrir las necesidades básicas de 244.000 personas, una cifra abultadísima difícil de asumir porque, recordemos, vivimos en una sociedad avanzada que debería tender a asegurar un nivel de vida básico de forma generalizada, especialmente cuidando a los más vulnerables.
Así, como el Gran Recapte “físico” finalizó ayer con un resultado más que positivo, es necesario seguir colaborando en esta iniciativa altruista con el resto de sistemas establecidos para recabar fondos. De este modo, los ciudadanos podrán seguir haciendo sus donaciones económicas en las cajas de supermercados y comercios colaboradores, así como en la web www.granrecapte.com y por Bizum al número 33596, en estos dos casos hasta el 6 de diciembre.Y decíamos al principio que era una semana de contrastes porque, mientras comenzaba el Gran Recapte daba inicio oficialmente el Black Friday, una tradición importada de Estados Unidos que abre la campaña de compras navideñas y que supone uno de los máximos exponentes del consumismo. Los establecimientos que se suman a esta tendencia son especialmente las grandes cadenas y franquicias, que son las que pueden ofrecer supuestos descuentos de hasta el 80% del precio original, ofertas imposibles de asumir por el pequeño comercio, y mucho menos tras el incremento de costes de la energía y transportes.
Es bueno que los clientes se puedan beneficiar de estas ofertas por el bien de su economía, pero sin olvidar que hay mucha gente necesitada que requiere nuestra solidaridad.