EDITORIAL
La alerta de Alemania
La policía alemana desarticuló el martes una presunta organización terrorista de carácter ultraderechista que planeaba la toma del Bundestag, el Parlamento teutón, y un posterior golpe de Estado. Fue una operación sin precedentes ya que participaron 3.000 agentes de policía en unas 150 intervenciones de registro en once estados federados. El resultado fue la detención de un total de 25 ultraderechistas en la macrooperación que se extendió por Alemania, Austria e Italia.
De ellos 22 son sospechosos de haberse integrado en la citada organización, vinculada ideológicamente a los Ciudadanos del Reich (Reichsbürger), un movimiento que rechaza la legitimidad de la República Federal Alemana en base a teorías conspiratorias. El líder sería el aristócrata Heinrich XIII, príncipe de Reuss, un empresario activo en el sector inmobiliario y conocido por difundir tesis conspirativas y de carácter antisemita. El colectivo era de lo más variopinto y en él participaban, entre otros, un chef, un piloto, un maestro, un tenor y una doctora.
Además se hacía asesorar por dos videntes. Las autoridades intensificaron la vigilancia de los Reichsbürger a finales de 2016, después de que en octubre de ese año un miembro de ese círculo matara a un policía e hiriera a otros tres en la ciudad bávara de Georgensgmünd cuando se disponían a incautarle armas de fuego. Es un ejemplo del carácter violento de esta organización que a finales del año pasado contaba con unos 21.000 seguidores.
El comando ahora desarticulado es una nueva evidencia de cómo las organizaciones ultraderechistas están ganando terreno a nivel europeo. Pero mucho peor es el protagonismo de los partidos de este ámbito ideológico, que se están viendo aupados en las urnas y gozan de unas cotas de poder hasta hace unos años impensables. Solo hace falta mirar a Italia, Polonia, Hungría o Eslovenia, mientras que en España ya se han convertido en socios de gobierno de Castilla y León.
En nuestras manos, y sobre todo en nuestros votos, radica la posibilidad de que no vayan a más.
Vergüenza en el EjércitoEl Ejército de Tierra ha actuado con suma diligencia y ha abierto una investigación interna a raíz del chat de unos 70 militares del cuartel El Bruc de Barcelona en el que presuntamente se sorteaban los servicios de una prostituta. Asimismo ha denunciado ya el caso ante la Fiscalía.
Una vez desvelado el escándalo, las reacciones contrarias no se han hecho esperar. Tanto el Gobierno, como la Generalitat o el ayuntamiento de Barcelona censuraron esta barbaridad, indignante y denigrante hacia la mujer, y más cuando se produce en el seno de una institución que debe velar por la seguridad de los ciudadanos.