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Los recipientes de plástico de un solo uso, como los que utilizan en algunos restaurantes para envasar la comida para llevar, serán de pago para los consumidores a partir del próximo 1 de enero. Así lo establece la ley 7/2022 de 8 de abril de Residuos y Suelos Contaminantes para una Economía Circular, que incluye un listado de productos plásticos de un solo uso que se deben reducir para preservar el medio ambiente, entre los cuales se encuentran “los recipientes para alimentos como cajas con o sin tapa, utilizadas con la finalidad de contener alimentos y que están destinados para el consumo inmediato, in situ o para llevar”. La nueva normativa determina que estos envases deberán ser cobrados de forma obligatoria diferenciándolos en el tique de venta, aunque su precio por ahora no está fijado.

Con ello se pretende reducir al máximo este tipo de residuos e incentivar al consumidor a utilizar sus propios recipientes, evitando así materiales de un solo uso. Esta medida no llegará sola y tiene precedentes. Hace menos de dos años, concretamente desde el 1 de enero de 2021, está en vigor la normativa que prohíbe “la entrega de bolsas de plástico ligeras o muy ligeras al consumidor en los puntos de venta de bienes o productos, excepto si son de plástico compostable”.

De este modo, su precio oscila entre los 0,10 y los 0,15 euros y lo que se persigue es evitar su uso superfluo. Y poco a poco se irán incorporando más iniciativas en el mismo sentido que no es otro que erradicar desechos no compostables. En este sentido, la Unión Europea quiere acabar con la enorme cantidad de residuos de envases que producimos en el continente y que se calcula en un promedio de 180 kilos al año por cada ciudadano.

Por ello, el objetivo son múltiples prohibiciones que se irán implementando de forma paulatina: desde los artículos de tocador que ofrecen a sus huéspedes los hoteles (como los jabones y los champús), los vasos de café y las cápsulas de un solo uso, hasta los envoltorios de plástico desechables de algunas frutas y verduras del súper. El plan ya ha sido publicado por la UE y está destinado a reducir los desechos y las emisiones para ayudar a los países europeos a alcanzar la neutralidad climática para 2050. Entre estas medidas también proyecta poner fin a las estrategias de empresas de e-commerce que envuelven artículos pequeños en grandes cajas, proponiendo que el espacio vacío en un recipiente de este tipo sea como máximo del 40% en relación con el producto.

Además, se prohibiría los envases “superfluos”, como paredes dobles o fondos falsos destinados a hacer que los productos parezcan contener más de lo que realmente contienen. Las normativas están muy bien si se cumplen pero es nuestro deber como ciudadanos hacer lo que dicta la lógica y lo esté en nuestra mano para preservar la Tierra, el único planeta que, de momento, alberga vida.

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