EDITORIAL
Otro susto en la N-230
La N-230 vuelve a ser noticia y no precisamente por las obras de mejora que necesita urgentemente, sino por un desprendimiento en el término de Sopeira que tuvo cortada la principal carretera hacia la Val d’Aran y Francia casi ocho horas. Un alud de piedras y rocas cayó en la calzada sobre las 5.00 horas de la madrugada y gracias a toda la suerte del mundo no hubo que lamentar víctimas. Los alcaldes, tanto de la parte aragonesa como de la catalana de esta arteria vital, llevan años reclamando un plan de seguridad para la N-230 por los múltiples accidentes que acumula en sus puntos negros.
El clamor unánime de los municipios de Catalunya y Aragón afectados por el mal estado de la vía se repite una y otra vez por los accidentes graves que se van sucediendo mientras que la única respuesta a la situación ha sido el aumento de la presencia de radares móviles. Por ello, los representantes de trece ayuntamientos de Huesca –Areny, Benabarre, Bonansa, Montanui, Pont de Montanyana, Sopeira, Tolva y Viacamp– y de Lleida –Bossòst, Les, El Pont de Suert, La Vall de Boí y Vilaller– han enviado cartas, se han reunido con representantes del Gobierno central y han presionado a sus representantes políticos para avanzar en la reforma de la vía, pero la realidad es que todavía todo está por hacer y no es de recibo que, entre los siniestros y los desprendimientos, esta carretera sea un auténtico peligro. Por su parte, el Gobierno central anunció en septiembre la mejora de la N-230 con un tercer carril de Alfarràs a Sopeira y a la salida del túnel de Vielha y avanzaron que plantean un túnel en la zona de Escales.
No obstante, en los presupuestos generales del Estado para 2023 solo se incluyen 1,3 millones para este eje viario.Sedición y malversaciónCon 19 votos a favor, 17 en contra y una abstención, el PSOE y ERC, con apoyo de Podemos y de los tradicionales aliados parlamentarios del Gobierno de coalición, han sacado adelante una amplia reforma del Código Penal que deroga el delito de sedición y modifica el de malversación. La Comisión de Justicia del Congreso aprobó ayer la reforma que convierte el delito de sedición en uno de desórdenes públicos agravados y que rebaja a cuatro años la pena máxima del de malversación cuando no exista ánimo de lucro o enriquecimiento personal. Reconociendo el esfuerzo que está haciendo el PSOE para sacar de los juzgados los temas relacionados con el procés y los anhelos de una gran mayoría de catalanes de dotarse de mayor autonomía política, será difícil que, con la actual tesitura política española, se consiga un acuerdo para llevar a cabo un referéndum pactado.
De todas formas, todo lo que sea devolver a la política los debates identitarios es una buena noticia para todos.