Los pisos turísticos, pros y contras

Del mismo modo que ayer nos congratulábamos del éxito que ha consolidado el turismo en las comarcas del Pirineo de Lleida y de su amplia oferta que va ya mucho más allá del sector del esquí, hoy debemos prestar atención a los datos de los pisos turísticos, que de forma equilibrada son del todo positivos, pero que en exceso tienen varios peligros, el más importante encarecer los precios de las viviendas y hacerlos inaccesibles a los propios vecinos de estos municipios e incluso obligar a los trabajadores del sector a dormir en alguna ocasión en caravanas por no poder pagar los alquileres mensuales, semanales e incluso a veces con precio por día, como los hoteles. Los pisos de uso turístico (HUT) están a la cabeza en plazas de alojamiento en las comarcas de Lleida junto con los campings. Las viviendas que alojan turistas ya superaron a los hoteles en número de camas a principios del año pasado.

En los últimos once meses han sumado 1.754 más y han llegado a 22.499, mientras que los campings tienen 22.749 entre bungalows y parcelas para acampar. Los HUT suponen ya el 28% de la oferta de alojamiento turístico de Lleida. Su número lleva ya años en un constante aumento y actualmente hay 4.090 viviendas que acogen turistas, 319 más que en febrero del año pasado.

La práctica totalidad de estos alojamientos se encuentra en el Pirineo. Aran lidera el ranking y concentra más del 37% de los HUT de toda la provincia de Lleida. En concreto, cuenta con 1.538 viviendas de alquiler para visitantes, después de sumar casi 200 en poco más de dos años.

En la Val ya suponen un total de 8.459 plazas de alojamiento y la sigue el Pallars Sobirà, con 3.955 camas en pisos de alquiler turístico; la Alta Ribagorça, con 2.503; y el Pallars Jussà, con 1.485. Asimismo, los seis municipios de la Cerdanya leridana cuentan con 1.260 plazas y en el Alt Urgell son 1.172. En las comarcas del llano, también están en tendencia alcista.

Todos los éxitos comportan algún peligro y todas las administraciones leridanas, desde las locales a las comarcales y provinciales, y por supuesto la Generalitat, han de velar para evitar los crecimientos desmesurados que destrozan el paisaje y su entorno y cuya única finalidad es especulativa. Por tanto, hacen bien los ayuntamientos que ya están poniendo coto a cualquier posibilidad de exceso de esta vivienda para mantener el equilibrio en el Pirineo.

Vivienda de protección oficial

En el otro extremo del crecimiento tenemos las viviendas de protección oficial, de las cuales Lleida no ha construido ni una durante los tres primeros trimestres del pasado año.Las condiciones exigidas y el encarecimiento de costes es la causa principal y este dato merece también cambios inmediatos.