SEGRE

Creado:

Actualizado:

La carretera C-25, más conocida como el Eix Transversal, es una infraestructura que hace 25 años cambió las reglas del juego al permitir cruzar Catalunya en diagonal, de Cervera a Girona. Hasta entonces Barcelona ejercía de Madrid. Es decir, el evidente desequilibrio demográfico del país se traducía en un centralismo sin sentido.

Por lo menos la radialidad sobre la que se estructuran las infraestructuras estatales tiene una excusa geográfica, y es que la capital española está situada en el centro de la península. Que Catalunya emulara estos tics decimonónicos iba en contra del propio país. El Eix Transversal acortó las distancias de las comarcas interiores y facilitó vínculos con territorios que hasta entonces se daban la espalda.

En 25 años la Segarra ha encontrado en el Bages, por ejemplo, una zona comercial y de ocio mucho más cercana para ir de compras o al cine. Amén del tránsito de estudiantes. Las universidades de Girona, Vic y Lleida han visto cómo aumentaban las matrículas de alumnos del interior que no tienen por qué desplazarse a Barcelona para cursar un grado, con el consiguiente ahorro económico que supone para sus familias que se establezcan en una ciudad más pequeña.

En este sentido, el Eix Bus, el autocar que hace la ruta Lleida-Girona, ha sido determinante para consolidar esta fluidez de movimientos. El turismo es otro sector que se ha visto claramente beneficiado de esta infraestructura. Poblaciones de gran valor patrimonial como Montfalcó Murallat han pasado a ocupar una centralidad geográfica que antes de inaugurarse esta carretera era solo sobre el mapa.

La C-25, pues, es más que una vía. La Generalitat ha de ser consciente de que se trata de una infraestructura imprescindible para equilibrar el país ahora que ha vuelto a sus manos. Evitar que se quede obsoleta y promover que sea segura tendría que ser una prioridad para el gobierno autonómico, sobre todo teniendo en cuenta el mal estado de las principales vías de comunicación que dependen del Estado, en especial la A-2, que presenta en algunos tramos un firme más propio de un país en vías de desarrollo que de un Estado europeo del siglo XXI. Larga vida a la otra Diagonal de Catalunya, la que no cruza el Eixample sino el propio país.

Un museo de ensueño

Artesa de Lleida ultima el Museu de les Joguines, en el que podrá verse parte de la colección del mítico Lo Baratillo de Lleida, la tienda de la calle Major de la capital del Segrià que destacaba por tener la fachada literalmente cubierta de juguetes. Artesa de Lleida gana atractivo con este proyecto cultural impulsado por Manel Gigó que tiene carácter intergeneracional. Un acierto.

tracking