Ataque a la democracia

Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro invadieron el domingo la sede del Congreso Nacional, el Palacio Presidencial de Planalto y la Corte Suprema, los tres poderes del Estado de este país. Los bolsonaristas reclamaban una intervención militar para derrocar al presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, que decretó la intervención federal para imponer un “castigo ejemplar” a los “vándalos”. Más de tres horas después de que comenzara el ataque, y con cientos de detenidos, las fuerzas de seguridad retomaron el control de los tres edificios institucionales.

Lo primero que corresponde es apoyar, como ha hecho toda Europa de forma unánime y rápida, a la democracia y sus instituciones, como máxima representación de la soberanía popular, que siempre recae en el pueblo y en sus legítimos representantes elegidos en las elecciones. Lo segundo, advertir que la extrema derecha está dando muestras en todo el mundo de deslegitimación de las urnas cuando no le son favorables y de intento de bloqueo de cualquier avance democrático que su patrimonialismo del poder rechaza, como pasó en el Capitolio de EEUU hace dos años o como hace Putin invadiendo un país o enviando ciudadanos a la guerra sin otro aval que el suyo. Y lo tercero, que el intento de la extrema derecha española y del Partido Popular de tergiversar la historia para establecer un paralelismo con el procés catalán y el amago de golpe de Estado en Brasil carece de cualquier ápice de verdad o credibilidad.

El referéndum en Catalunya y las leyes de desconexión aprobadas, que no publicadas en el DOG, pretendían forzar una solución a la voluntad de la mitad de los catalanes de ser considerados un sujeto político de primer orden, no promover ningún golpe de Estado, como la propia sentencia del Supremo avaló. Votar nunca puede tener ninguna semejanza a intentar tomar las instituciones de un estado por la fuerza cuando las urnas son esquivas. Se acercan elecciones legislativas en España y es más importante que nunca que todos los partidos intenten no cruzar las líneas rojas de la decencia y el respeto a cualquier opción política, siempre que pase por las urnas y respete las leyes internacionales de los derechos humanos y la igualdad entre ciudadanos y respeto a las instituciones. Todo lo demás es un peligro para la convivencia que bajo ningún concepto debería ser alentado.

El engaño del dinero fácil

Advertíamos cuando se destapó en el Alt Urgell la estafa de las criptomonedas de los peligros del dinero fácil a través de inversiones no avaladas por estamentos o entidades de solvencia contrastada y hoy volvemos a publicar otro ejemplo. Los nuevos tiempos traen nuevas estafas. Hay que estar alerta.