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Es evidente que Catalunya tiene todo el derecho constitucional e histórico de plantear sus objetivos de más cotas de autogobierno, federalismo o independencia si así lo demanda la mayoría de sus ciudadanos. El déficit fiscal, la falta endémica de inversiones en puntos claves de sus infraestructuras, la lengua, la industria, las energías alternativas y la cultura son temas fundamentales para el futuro de este país, pero los presupuestos anuales de la Generalitat, si bien no pueden obviar estas líneas marco, deben centrarse en mejorar la vida cotidiana de todos los ciudadanos de Catalunya y en demasiadas ocasiones olvidamos que el bienestar de un municipio, una comarca o una veguería depende de inversiones directas en escuelas, CAP, hospitales, caminos rurales, regadíos, sistemas de calefacción o aires acondicionados, depuradoras de agua, estaciones de autobuses, frecuencias de trenes y decenas de ejemplos más que no tendrán grandes titulares en los medios de comunicación ni provocarán arduos debates en el Parlament, pero que mejoran la vida de las personas. Por eso, hay que aprovechar la inyección económica de los fondos europeos y la tesitura política de acuerdos para que estas cuentas, que serán aprobadas en marzo en la cámara catalana, tengan el máximo consenso posible para darles continuidad y el firme propósito de cumplimiento.

Llevamos demasiados años reclamando unas Rodalies de Lleida que hagan realmente efectivas las líneas de trenes de Manresa y la costa, ahora muy limitadas tanto por frecuencias como por garantías del servicio, y ya sería hora de que los vecinos de Bell-lloc, Mollerussa, Bellpuig, Tàrrega, Cervera, Juneda o Les Borges puedan plantearse el transporte ferroviario como una alternativa al vehículo privado. La modernización de los regadíos es otra de las claves para que el cambio climático que avanza no perjudique el sector agroalimentario, principal impulsor del progreso de las comarcas de Lleida en el siglo XX. La universidad, los polígonos industriales en grandes y pequeños municipios, la investigación, la escuela rural y tantos y tantos ejemplos de obras que no cambian el mundo pero sí la vida de las personas de su entorno.

Sin olvidar por supuesto al tercer sector y la tercera edad. Una sociedad que se precie debe tener como prioridad mantener la equidad y la justicia social y los presupuestos son el instrumento imprescindible para este fin colectivo.

Lleida Esportiu

La salida de Seligrat del Lleida Esportiu ha obligado a buscar nuevo entrenador en 24 horas y el escollo se ha salvado, pero habrá que remar más para que el esfuerzo hecho para salvar al club de la desaparición no caiga en saco roto.

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