SEGRE

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El municipio de Organyà registró el lunes una máxima de 23 grados, una de las más altas de Catalunya. Asimismo, las temperaturas de la misma jornada supusieron un récord en un mes de febrero en cinco de las 114 estaciones automáticas de la Xarxa d’Estacions Meteorològiques Automàtiques (XEMA), en los veinte años en los que se vienen recogiendo datos en estas estaciones. Estas cinco están situadas en comarcas de Lleida y del Pirineo y superaron por pocas décimas el anterior récord, establecido el pasado año.

Estamos todavía en pleno invierno y, aunque no son registros inauditos, sí constatan una tendencia de aumento generalizado y paulatino de las temperaturas, fruto del calentamiento global. Y esto va ligado a la pertinaz sequía, que, si las previsiones no fallan, podría mitigarse tímidamente en los próximos días, si se cumplen los pronósticos que anuncian precipitaciones, incluso en forma de nieve en las montañas. Y es que la situación sigue siendo crítica en cuanto a reservas hidráulicas.

Así, la cuenca del Segre necesita más del doble del agua de la que ahora almacena en los embalses de Oliana (está al 40% de su capacidad) y Rialb (al 11,65%) para asegurar riegos y suministro. Los dos pantanos suman 78,3 hectómetros cúbicos y la Confederación Hidrográfica del Ebro calcula que son necesarios al menos cien más para dejar atrás la situación de emergencia de los últimos nueve meses y cuando falta uno para el inicio de la temporada de riegos. Las reservas de nieve en las cumbres del Pirineo que pueden aportar caudal al Segre con el deshielo se cifran en unos 110 hectómetros cúbicos aunque no está garantizado que este volumen de agua llegue a los embalses, ya que la fusión tiene que producirse de forma paulatina pero las altas temperaturas, como las de estos días, propician que se evapore la nieve.

Así las cosas, es necesario reducir al máximo el consumo a todos los niveles usando, como es lógico, el sentido común. Está en manos de todos y cada uno evitar el despilfarro, con lo que contribuiremos a mantener las reservas que nos permitan llegar y superar un verano sin restricciones.

Putin no quiere la paz

El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció ayer la suspensión del cumplimiento por parte de su país del START II, último tratado de desarme nuclear aún vigente entre Rusia y EEUU, lo que causó alarma en Occidente. Es una nueva prueba de la megalomanía y del menosprecio por la paz del líder de Rusia, que pone en peligro los equilibrios entre potencias. Además sigue con los ataques en Ucrania, con lo que la posibilidad de un alto el fuego ahora que se aproxima el primer aniversario de la invasión queda, por desgracia, totalmente descartada.

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