Mafias de la marihuana, un problema al alza

Las operaciones policiales motivadas por el cultivo y tráfico de marihuana en Lleida se centraban hasta hace pocos años en plantaciones que eran descubiertas en medio de otros cultivos o en zonas boscosas durante el periodo previo a su recolección. Esta situación ha cambiado, y desde hace un tiempo se han ampliado tanto por lo que respecta al número, como a su amplitud, y además se han extendido a todo el año, porque a las plantaciones exteriores se les han sumado otras en el interior de edificios. La llevada a cabo ayer por los Mossos d’Esquadra es una muestra de esta nueva realidad, en la que quizás es la mayor redada de la historia en Ponent, con registros en 15 lugares distintos, varios en Lleida ciudad y otros en localidades como Tàrrega, Artesa de Lleida o Verdú, que se saldaron con un total de 20 detenidos y el decomiso de 5.000 plantas y dinero en metálico.

Hace poco más de dos meses, a mediados de diciembre, hubo otra operación con seis arrestados en Lleida, Bellvís, Sidamon y Benavent de Segrià. En septiembre, Mossos y Guardia Civil desarticularon un cártel que producía marihuana en una gran nave en Les Borges. Y en el mismo mes, la Guardia Civil también detuvo a dos personas que hacían lo propio en Torre-serona y que formaban parte de un grupo criminal que actuaba en toda Catalunya.

Hay que felicitar a las fuerzas de seguridad, en el caso de ayer a los Mossos, por desmantelar organizaciones dedicadas a la producción y al tráfico de marihuana. Pero a la vez, hay que constatar el aumento de estas actividades ilegales a raíz de la implantación en Catalunya y en Lleida de mafias, varias de ellas integradas por personas originarias de países del este de Europa como Albania. Algunos factores que explican este fenómeno es que aprovechan la existencia de un territorio amplio y poco poblado, la elevada rentabilidad económica y que el castigo penal es bajo en comparación con otros delitos contra la salud pública. Está claro que para sus cabecillas los beneficios son mucho mayores que los riesgos, por lo que los cuerpos policiales tienen mucho trabajo por delante.

Una sociedad medicalizada

El gasto en medicamentos recetados que financia Salud superó por primera vez los 100 millones de euros el pasado año en Lleida y mantiene una tendencia al alza muy moderada pero constante. Una causa es el progresivo envejecimiento de la población y otra, el incremento de las recetas de ansiolíticos y antidepresivos. Es cierto que la sanidad dedica ahora una mayor atención al bienestar emocional que hace unos años, pero este segundo elemento es un síntoma de que en la vida cotidiana hay cuestiones que perjudican nuestra salud mental.