EDITORIAL
Cara y cruz en la Vall de Boí
El éxito de los Campeonatos de Europa de esquí de montaña celebrados hace un año fue el gran aval para que la Federación Internacional (ISMF) seleccionara la candidatura de Boí Taüll para celebrar los Mundiales de esquí de montaña 2023, que terminaron ayer dejando muy buen sabor de boca. En lo deportivo, la joven promesa de Lles de Cerdanya Laia Sellés, de solo 16 años, se colgó tres medallas. Pero más allá de los podios, la competición ha supuesto una inmejorable campaña de publicidad de la Vall de Boí, empezando por su románico, Patrimonio de la Humanidad.
Y es que el mapping sobre la fachada de la iglesia de Sant Climent de Taüll que se vio el pasado lunes en la inauguración dio la vuelta al mundo por su espectacularidad. Un Mundial aprobado y con buena nota. El Pirineo está preparado para acoger grandes eventos, como ya sucedió en 1992 cuando La Seu d’Urgell fue subsede olímpica.
Desde entonces, el Parc del Segre se ha convertido en escenario de competiciones deportivas de primer nivel. Sin embargo, este éxito se ha visto empañado por una tubería helada que dejó sin suministro de agua durante 16 horas a Boí y 38 horas a Taüll. Es evidente que no se puede pedir a un ayuntamiento de las dimensiones del de la Vall de Boí que preste los servicios de una ciudad, pero en plena celebración de un Mundial, con cientos de deportistas, periodistas y personal de apoyo de los equipos alojado en la Alta Ribagorça, este incidente no ha sido la mejor carta de presentación.
El consistorio ya ha anunciado que hoy celebrará una reunión de urgencia para depurar responsabilidades, pero no es de recibo que en un municipio donde es habitual que en invierno los termómetros bajen de los cero grados se congele una tubería y que sea necesaria la intervención de los Bomberos para desatascarla y conseguir que volviera a circular el agua. Los hosteleros están más que enfadados por lo que consideran que ha sido una “dejadez” y han anunciado que reclamarán al ayuntamiento por la “mala imagen” que han dado, con clientes sin poder ducharse y con garrafas de agua en las habitaciones para poder ir al baño. Desde las ocho de la tarde del viernes hasta las 11 de la mañana de ayer son muchas horas sin servicio teniendo en cuenta, además, que las condiciones meteorológicas no fueron excepcionales.
La gran fiesta de la solidaridadUn año más, la Seu Vella se llenó de gorras solidarias contra el cáncer infantil en la décima edición del Posa’t la gorra que organiza Afanoc. Visibilizar el cáncer infantil con un acto festivo y colorido es la mejor manera de apelar a la solidaridad de los leridanos con las familias que están pasando por un momento tan difícil.