EDITORIAL
Catalunya ya tiene presupuestos
El Parlament de Catalunya aprobó ayer los presupuestos de la Generalitat para 2023 por 73 votos a favor (ERC, PSC y Comuns) y 57 en contra del resto de la Cámara catalana, Junts entre ellos. Las cuentas del Govern para 2023 incluyen un gasto total de 41.025 millones de euros, lo que supone un incremento del 7,6% respecto a los anteriores. Los departamentos que más crecen en valor absoluto son Salud y Educación, con incrementos de 1.128 millones y 675, respectivamente.
Los presupuestos priorizan el fortalecimiento del estado del bienestar, la aceleración de la transición energética y el apoyo a la industria y la cultura, con el objetivo prioritario de impulsar una serie de transformaciones que permitan fortalecer los servicios del estado del bienestar y paliar el impacto de la crisis energética y la inflación, introduciendo mejoras en el modelo económico y productivo de Catalunya para acelerar la transición verde y avanzar hacia la consecución de una economía más diversificada y sostenible. Incógnitas sobre estas cuentas hay muchas, tanto a nivel de infraestructuras, como el aeropuerto de Barcelona, como de modelo de país, sobre todo el Hard Rock y el suministro energético. También es evidente que el rechazo a ERC de aquellos que le votaron en la investidura (Junts y la CUP) abre una nueva etapa en la política catalana al romperse los bloques, independentistas y constitucionalistas, que se habían mantenido inalterables desde los inicios del procés.
Desconocemos si estas nuevas alianzas son puntuales o marcan un camino de futuro, pero en lo que todos deberíamos estar de acuerdo es en que Catalunya necesitaba aprobar sus cuentas para hacer frente a las necesidades inaplazables de muchos sectores económicos y sociales. Estamos en período prácticamente preelectoral, tanto de las municipales como de las generales españolas, y los escenarios pueden ser diversos y esta es la grandeza de la democracia, pero el día a día de la salud, la educación, la industria y el tercer sector no pueden depender de estos vaivenes.
Tragedias Llevamos ocho días de una desgracia tras otra, desde todo el pueblo de Camarles de luto por la muerte de tres jóvenes en el Baix Ebre en un accidente de tráfico, al fallecimiento de tres geólogos enterrados bajo las minas de Súria y, en la madrugada de ayer, tres personas más, entre ellas un joven de Castellserà de 28 años, perdieron la vida en un cruce de la carretera de Tàrrega-Balaguer en La Fuliola arrollados por un camión.
Nueve vidas segadas de forma prematura e inesperada que dejan familias, amigos y conocidos destrozados. El riesgo 0 no existe, pero es evidente que son cifras para reflexionar.