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Las comarcas de Lleida y del Pirineu i Aran cerraron el pasado año con 915 nuevos beneficiarios de la ley de la Dependencia, con lo que el número de personas que percibían alguna prestación o ayuda se situaba en 13.416. Pese a lo positivo que parece este balance, las cifras absolutas demuestran que queda mucho camino por recorrer. Así, el viernes, la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales hacía público el XXIII Dictamen del Observatorio Estatal de la Dependencia que detallaba que un total de 69.770 catalanes están a la espera de atención a la dependencia y hay 24.316 personas que aguardan una valoración.

Son datos menos desfavorables que los que se refieren al resto del Estado pero cualquier caso pendiente de resolución requiere de solución urgente porque el colectivo está conformado por personas, y sus familias, para las que corre el tiempo muy rápido dada su vulnerabilidad. Prueba de ello es que en 2022 fallecieron más de 45.000 personas en España en lista de espera, lo que supuso que cada 12 minutos muriera una persona valorada pero que aún no había recibido los servicios a los que tenía derecho y la mayoría eran mujeres mayores de 80 años. Estas cifras son del todo inaceptables y, al respecto, la citada asociación consideró que “el incremento presupuestario del Gobierno no ha sido suficiente para cubrir los objetivos del plan de choque: ni la reducción de la lista de espera ni el incremento en las intensidades”.

Es hora pues de que todas las administraciones a las que compete hacer efectivas estas ayudas, especialmente la estatal y la Generalitat, redoblen los esfuerzos necesarios para poner remedio a una situación que pone en duda que disfrutemos de un auténtico estado de bienestar. ¿Quién detendrá a Putin?El Tribunal Penal Internacional (TPI) emitió el viernes una orden de arresto contra el presidente de Rusia, Vladímir Putin, bajo la presunción de crimen de guerra por la deportación forzada de niños ucranianos desde zonas capturadas durante la guerra de Ucrania a territorio ruso. Puede parecer una medida de presión para intentar poner fin a la invasión que empezó hace más de un año pero no dejan de ser palabras rimbombantes vacías de contenido.

Porque, ¿quién se va a atrever a detener a este mandatario? ¿Cómo le afectará la orden, que parece que solo le comporte limitar la libertad de movimientos fuera de su país? De momento, otro gigante de la escena internacional como es China ha anunciado una visita de su presidente, Xi Jinping, a Rusia con un supuesto plan de paz, con lo que Putin no está en absoluto aislado. Veremos cómo avanza la situación pero la diplomacia debería coger más protagonismo para evitar que el conflicto vaya a mayores y con consecuencias a nivel mundial imprevisibles.

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