EDITORIAL
La Lleida-Balaguer es inaplazable
Los ejes viarios de las comarcas de Lleida siempre han sido una de las principales reivindicaciones en la agenda ciudadana y política de Ponent y el Pirineo. El corredor principal, la conexión hacia Barcelona, costó años y muchas manifestaciones para que la conversión en autovía de la N-II quedara terminada en el tramo de La Panadella. La conexión con la costa era otra de las asignaturas pendientes que, con el adiós a los peajes de la AP-2, ha quedado parcialmente aprobada, a la espera de la apertura del túnel del Coll de Lilla y la mejora de la N-240 entre Lleida y Les Borges.
La Val d’Aran y la Ribagorça tienen pendiente la N-230 entre Sopeira y el túnel de Vielha, tramo con una alta siniestralidad, que todavía está en estudio, así como el enlace con el Sobirà por la Bonaigua, cerrado cada vez que la nieve arrecia en el valle. Terradets y Collegats comportaron un gran avance para los Pallars, aunque todavía sin variantes ni en Tremp ni en La Pobla. Y podríamos seguir con la N-260 y el tantas veces prometido nexo entre el Jussà y la Ribagorça por Perves.
Pero en el llano hay un eje vertebrador entre la A-2 y la Noguera, que a su vez es la puerta al acceso a los Pallars. No es otro que la Lleida-Balaguer por la C-13, que lleva décadas pendiente: solo los 4 kilómetros entre Vilanova de la Barca y Térmens son autovía. Estos dos municipios, junto con Alcoletge, Vallfogona y las capitales y consells del Segrià y la Noguera exigen cuatro carriles.
La Lleida-Balaguer por Corbins fue una gran noticia para los municipios por los que discurre, pero sin duda convertir la C-13 en una vía rápida es ya inaplazable y la opinión de territorio debe escucharse.
Tàrrega y la solidaridad El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, anunció ayer la próxima construcción de un nuevo Centro de Acogida de Protección Internacional en Tàrrega. Así, el ministerio firmó un memorando con el ayuntamiento para ponerlo en marcha.
El CAPI tendrá una capacidad de 200 plazas y se levantará sobre 9.200 metros cuadrados propiedad de la Sareb, con espacios comunes, comedor y aulas para talleres y actos, así como un área deportiva diseñada por el Comité Olímpico Español (COE). El ministerio, a partir de ahora, podrá licitar el proyecto en el segundo trimestre de 2023 y el centro entraría en funcionamiento en 2025. La solidaridad es una palabra muy utilizada, pero practicarla requiere ya algo más que compromiso y valores, y desde este periódico queremos felicitar al consistorio de Tàrrega y a todos sus habitantes por la capacidad de acogida mostrada con los provenientes de Ucrania, al igual que ha hecho Guissona y muchos otros, por dar este paso tan trascendente.