EDITORIAL
Los mayores, cara y cruz
Las denuncias por estafas están aumentando de forma paulatina y preocupante. Ayer mismo dábamos cuenta que, según el ministerio del Interior, en 2021 se registraron más de 3.600 casos, lo que suponía un incremento del 41 por ciento con respecto al año anterior. Y si la cifra es escandalosa, peor es la referente a 2022, ya que los Mossos recibieron en las comarcas de Lleida y Pirineu i Aran nada más y nada menos que casi 5.000 denuncias, lo que supone uno de cada cinco delitos conocidos por la policía catalana en Ponent.
Por desgracia y como es de esperar, buena parte de las víctimas de estos engaños y fraudes son las personas mayores. De este modo, más de 300 vecinos de edad avanzada sufrieron este tipo de agresión económica en 2021 y con el agravante de que va aumentando la frecuencia de estafas a través de internet, aprovechando el desconocimiento en materia tecnológica de este sector de la población. Por todo ello son de aplaudir proyectos como la representación de la obra Seguretat en escena, una iniciativa de los Mossos d’Esquadra que, con la colaboración de la Paeria, ha sido vista por más de 900 personas.
En ella se presentan de forma didáctica y clara diferentes situaciones que simulan robos y estafas, a la vez que la escenificación aporta consejos de prevención. Es una buena manera de mantener la alerta de cara a evitar estas situaciones delictivas que siempre son injustas pero que aún son más preocupantes si cabe cuando atañen a colectivos vulnerables. Y es más necesario que nunca no bajar la guardia, puesto que la ciberdelincuencia ha llegado para quedarse e irá a más con el desarrollo imparable de la inteligencia artificial y los peligros que conlleva.
Solo falta recordar el ataque informático que sufrió recientemente el Hospital Clínic, con el riesgo de que los hackers hagan públicos datos confidenciales de pacientes, con la vulneración de la privacidad que ello supone.Y si hasta ahora nos hemos referido a la cruz que suponen las estafas para la tercera edad, ahora damos un giro de 180 grados para aplaudir una interesante iniciativa surgida en La Seu d’Urgell. Se trata de las colonias intergeneracionales que esta semana han protagonizado alumnos de 10 y 11 años del colegio Albert Vives y mayores de la residencia y del centro de día del Hospital de La Seu. Así, durante dos días, visitaron el Pallars Jussà y los pequeños pudieron conocer de primera mano cómo se vivía en el siglo pasado, mientras que los jubilados descubrían la “modernidad” actual y se sorprendían de realidades como, por ejemplo, el poco uso de las monedas en beneficio de tarjetas y móviles.
Esta iniciativa, impulsada por el centro escolar, la Fundació Sant Hospital y el Arxiu Comarcal del Alt Urgell, es de alabar y sería interesante que se extendiera a otros puntos puesto que, para los menores, puede convertirse en una gran lección que les puede ayudar en su futuro.