EDITORIAL
El sinsentido de privatizar lo público
Externalizar unas oposiciones parece un contrasentido y, por lo menos el sábado, el experimento no funcionó. La Generalitat encargó por 1,4 millones de euros la organización de unas pruebas de acceso a la función pública a la empresa Cegos. Se presentaron más de 13.000 aspirantes (1.634 en Lleida) que no podían imaginar la caótica jornada que les esperaba.
Retrasos de horas, esperas en plena calle, aulas en las que no cabían los opositores, preguntas filtradas, exámenes sin vigilancia.. La Generalitat se ha visto obligada a pedir perdón y ayer mismo la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, se reunió de urgencia con los tres sindicatos mayoritarios de la mesa de función pública. El Executiu denuncia que ha habido “infracciones flagrantes” del contrato, pero más allá de si eso exime a la Generalitat del pago de los 1,4 millones de euros, hay 13.000 personas en vilo.
Pasar nervios cuando se hace un examen de estas características parece lógico, pero someter a una tensión innecesaria a los opositores que, en algunos casos, todavía no saben si deberán volver a examinarse es intolerable. La Generalitat ha abierto un buzón para que los aspirantes puedan dar a conocer sus quejas. Todo parece indicar que habrá una avalancha de impugnaciones, porque ni siquiera se respetó el principio básico que rige toda oposición, que es la igualdad de condiciones de los examinados.
Una veintena de aspirantes a Agentes Rurales de Lleida firmaron y abandonaron el aula en señal de protesta porque sabían qué les preguntarían. Y es que sus compañeros de Barcelona y Tarragona habían acabado la prueba cuando ellos aún no la habían empezado. Todo un esperpento que nos lleva a reafirmarnos en la primera frase de este escrito: externalizar unas oposiciones parece un contrasentido.
De todos modos, las de la Generalitat del sábado no son las únicas pruebas para acceder a un empleo público que ha organizado una empresa privada. En 2021 RTVE también externalizó las primeras oposiciones que se convocaban en una década por 1,8 millones de euros pese a las críticas de los sindicatos. Los resultados son para reflexionar.¡Subcampeonas de Europa!Estamos de acuerdo con el presidente del Vila-sana de hockey, Ramon Porta, que ayer dijo que “tenemos que felicitarnos porque un pueblo tan pequeño haga algo tan grande”.
Nunca una derrota dejó tan buen sabor de boca. Llegar a la final de la Champions es una absoluta proeza. Aunque el Gijón acabara con el sueño de las del Pla d’Urgell en el partido de ayer (6-1), el Vila-sana ha hecho historia.
Subcampeonas de Europa no es poco. Y para redondear la jornada, el Barça femenino, campeón de Liga con pleno de victorias. Felicidades a todas.