EDITORIAL
Desafíos globales y problemas próximos
Los desafíos de ámbito mundial, que van desde el aumento de las desigualdades, el cambio climático, la inmigración, la inestabilidad geopolítica o financiera al estancamiento laboral y la reducción de los salarios, son problemáticas comunes en todo el mundo que no están en manos de los ayuntamientos resolver. Las elites políticas parecen cada vez más incapaces de representar a una población que se siente excluida y la extrema derecha es una de las posibles respuestas a la crisis general motivada por muchas de las políticas fallidas de la última década. ¿Pueden los pueblos y ciudades revertir estas tendencias y convertirse en un laboratorio político en el que ensayar alternativas democráticas y sostenibles? ¿Pueden los ayuntamientos intentar ofrecer respuestas colectivas y de ámbito local a los problemas mundiales a través de la solidaridad y la autoorganización? Es evidente que necesitamos repolitizar la cuestión de la tecnología y que el debate debería abordar la redistribución de la riqueza y el poder, en particular en lo relativo a la gestión de los servicios sociales e infraestructuras.
Estas cuestiones las ha planteado Francesca Bria, comisionada de Tecnología e Innovación Digital del ayuntamiento de Barcelona, y su conclusión es que sí. Los ayuntamientos tienen la capacidad de gestionar de forma inteligente, con datos y algoritmos, el transporte público, la vivienda, la sanidad o la educación; todo ello sobre la base de la solidaridad, la cooperación social y los derechos colectivos. Los consistorios pueden cumplir la promesa de devolver a las personas el ámbito público, desde el núcleo más pequeño a las grandes urbes.
Además, esta experta en innovación cree que aún estamos a tiempo de regular y gobernar la inteligencia artificial, pero, si no nos ponemos manos a la obra y rápido, nos puede pasar como con la sequía, que, pese a las múltiples señales y evidencias que tenemos desde hace años, solo nos acordamos de santa Bárbara cuando no truena, y puede que en ese momento ya sea demasiado tarde. Un debate muy interesante que, ahora que nos acercamos a la campaña electoral de las municipales, deberíamos poner sobre la mesa. Repetir los esquemas de las grandes administraciones está más que comprobado que no es la mejor opción y la abstención será uno de los grandes retos que tienen por delante todos los candidatos.
El alud de información sin la comprobación o pluralidad a la que obliga el código deontológico de la prensa, las crisis económicas encadenadas y la inestabilidad general a la que nos abocó primero la pandemia y más tarde la guerra de Ucrania, y por supuesto la dependencia absoluta de la tecnología digital, nos obligan a varias reflexiones colectivas, pero, sin duda, el papel de los ayuntamientos, pequeños y grandes, es uno de los que podemos abordar sin premisas porque todos estamos invitados a participar.