SEGRE

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La familia de la niña de 11 años violada en un centro comercial de Badalona (Barcelona) abandonará la ciudad por las amenazas que recibe. Se marcharán entre esta y la próxima semana, según recoge la agencia EFE. Tal y como han confirmado fuentes municipales, los servicios del ayuntamiento badalonés están facilitando todos los trámites para que el abandono se complete lo antes posible y se facilite el traslado de la familia a otra ciudad.

La madre de la víctima ha dejado su trabajo para estar en los trámites judiciales y acompañar a su hija a recibir atención psiquiátrica. La violación grupal se produjo el pasado mes de noviembre y se identificaron a seis autores, tres menores de 14 años y, en este sentido, inimputables. Todos ellos están en libertad, después de que un juzgado de menores liberara al único internado por la causa.

Se mire por donde se mire y con todas las cautelas que los menores merecen, es una auténtica barbaridad como sociedad que permitamos que sea precisamente la víctima la que deba marcharse del municipio en el que vive por la presión que reciben de las familias y clanes de los agresores. Desde el ministerio, la Generalitat, el ayuntamiento y la judicatura han de tomar este caso como ejemplo de que debemos volver a legislar sobre los menores y sus imputaciones y, sobre todo, tienen la obligación de utilizar todos los recursos que la ley permite para que los agresores vean alterada su cotidianidad por esta violación y que la víctima reciba todo el apoyo político, judicial y social que merece.

La emergencia del agua

Sigue sin llover lo suficiente para aliviar la sequía en la cuenca del Segre y el Pallaresa y el Ribagorçana se sitúan ya también en una delicada situación.

El cereal de secano está perdido y el de regadío sufrirá incalculables pérdidas, así como los frutales, de los cuales no solo se ve peligrar la actual cosecha, sino la supervivencia de los árboles si sigue la actual situación. Los payeses y ganaderos piden ayudas directas y urgentes y claman para que las administraciones se pongan de acuerdo para iniciar la modernización y ahorro del agua. Lo que se ha hecho mal ya lo sabemos, porque, pese al aviso de la sequía de 2008, no se han llevado a cabo las obras ni infraestructuras necesarias para no tener que rezar si venía otro período de escasez hídrica.

El ACA se queja de falta de recursos durante muchos años, la CHE reconoce que no esperaba que la emergencia llegara tan lejos y la Generalitat se escuda en que las decisiones en la cuenca del Ebro las toma Madrid. Todos tienen parte de razón y todos ocultan los pecados propios, pero eso ahora ya da igual y deben trabajar juntos para evitar un daño irreparable.  

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