La ganadería también sufre con la sequía

La actividad agropecuaria no es solo un sustento de vida para miles de familias leridanas, es también tradición, vida en los pueblos, conservación de ecosistemas, de paisajes, prevención de los temidos incendios forestales, freno de la desertización y del peligro de abandono del mundo rural. Por ello, cuando nos enfrentamos a un período de sequía como el actual, debemos mirar más allá de la pérdida concreta de las cosechas, como si de una helada más se tratara. La agricultura es y ha sido la base del progreso de las comarcas del llano de Lleida a raíz de la construcción de los canales de regadío y su valor es incalculable y no se puede estimar solo con el PIB.

Llevamos muchos días incidiendo en las pérdidas de los agricultores, pero no podemos olvidar a los ganaderos ya que, a día de hoy, el valor añadido bruto al año que generan es incluso más alto que el agrícola. Lleida es una potencia ganadera y de ella dependen muchas industrias cárnicas que se han ido desarrollando a su alrededor y, además, abastece al resto de Catalunya. Las granjas tienen también un grave problema con la escasez hídrica y las ayudas directas e indirectas son vitales para que esta crisis a la que nos ha abocado la falta de lluvias no comporte la ruina de las pequeñas y medianas explotaciones.

Por no hablar del Pirineo, cuya sostenibilidad de presente y de futuro depende en buena parte de la recuperación del sector primario y la creación de pequeñas o grandes empresas derivadas de esta actividad. Y si el agua no llega, además de todo el sector agroalimentario de Lleida, todos los ciudadanos nos veremos perjudicados porque los precios, ya muy altos, podrían ponerse por las nubes. Todos, pues, nos jugamos mucho ante la falta de agua y acabe como acabe esta campaña, no nos cansaremos de repetir que es necesario que las administraciones diseñen unos planes de modernización y ahorro hídrico para que la nueva cultura comience a aplicarse sin que por ello perdamos el gran valor añadido que la agricultura y la ganadería aportan a nuestras vidas y economía.Tsunami DemocràticFiscalía ha abierto la puerta a considerar el Tsunami Democràtic como desórdenes públicos y no terrorismo, lo que sería sin duda una buena noticia porque a nadie con dos dedos de frente y sentido común se le ocurriría comparar la protesta en el aeropuerto con cualquiera de los atentados a los que por desgracia nos tenía acostumbrados ETA antes de poner fin a los mismos.

La relación entre Catalunya y España ha de normalizarse y encontrar las vías de diálogo que puedan cumplir con las aspiraciones de autogobierno de una mayoría de catalanes, expresada en las urnas desde hace años.