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En el ecuador de la campaña electoral de las elecciones locales del próximo domingo, día 28, es evidente en las calles de Lleida y sus 231 municipios que el interés ciudadano por los comicios no es el más alto de la democracia, ni que tampoco se han producido grandes titulares o noticias de alcance que hayan sacudido el día a día de los candidatos. En el resto de Catalunya, la batalla política se centra mucho en Barcelona y en el fin o continuidad de la era Ada Colau, mientras que en el Estado la polarización izquierda-derecha ha tenido su punto álgido en la presencia de personas condenadas en el pasado por crímenes de ETA en las listas de Bildu y en el pulso entre PSOE y PP en las comunidades autónomas que también acuden a las urnas el 28-M. En Ponent, el Pirineu y Aran, donde también se escoge el Conselh Generau, está siendo una campaña bastante tranquila y que apunta a un alto nivel de indecisos y abstencionistas.

El estrés del procés y la pandemia pueden ser dos de las circunstancias que expliquen este desinterés aparente por los mensajes de cada partido o agrupación electoral. Votar en blanco o abstenerse es tan lícito como apoyar a cualquiera de las listas que concurren, pero los ciudadanos debemos tener en cuenta que las decisiones del día a día de los ayuntamientos son vitales para nuestro bienestar colectivo. Y que, si ejerciendo nuestro derecho no acudimos a las urnas, otros lo harán y decidirán en nuestro nombre todas las políticas económicas, comerciales, sociales, culturales, deportivas, de movilidad, de limpieza o energéticas, que sí nos afectarán.

De todas las administraciones, la local es la que está más próxima a los vecinos y su contribución es la más altruista de todas, porque es evidente que la compensación económica de los ediles está a años luz de otros entes. El ahorro del agua, las comunidades energéticas, residencias de la tercera edad, apoyo logístico y de infraestructuras a emprendedores, tanto crematísticos, como culturales o deportivos, son estructuras que dependen en buena parte de la gestión municipal y para que las cosas mejoren en todos los ámbitos se requiere a mujeres y hombres dispuestos a destinar parte de su tiempo al bien común, sea como ediles o como votantes atentos al cumplimiento de las promesas hechas en campaña. Por imperfecta que sea la democracia, es la manera más justa de organizarnos como sociedad y, para mejorarla, hay que participar.Agresiones sexualesLos casos diarios de agresiones sexuales que salen a la luz a través de las denuncias que llegan a las policías y los juzgados son escalofriantes y requieren una reflexión social profunda y medidas drásticas legales para frenar esta lacra.

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