EDITORIAL
Un puñado de votos puede ser decisivo en Lleida
La encuesta sobre las elecciones municipales en Lleida ciudad que publicamos hoy prevé un resultado muy similar al de hace cuatro años por lo que respecta a las dos primeras fuerzas: ERC y PSC. La primera volvería a imponerse por la mínima, en una situación que es prácticamente de empate técnico, y en la que ambos, especialmente Esquerra, tendrían posibilidades de añadir algún edil a los siete con los que cuentan ahora. Junts repetiría como tercera en discordia, pero más lejos de sus dos principales contrincantes, a pesar de que su alcaldable es el mejor valorado por los encuestados.
Mientras, el PP tendría asegurado mantener los dos que tiene o ganar uno. El sondeo apunta a que el Comú volvería a estar representado, ya sea con dos ediles como ahora o solo con uno, y que la ultraderecha entraría en el pleno de la Paeria de la mano de Vox, también con uno o dos asientos. Asimismo, da posibilidades a la CUP de poder acceder superando el mínimo del 5% de los votos necesario para ello, mientras que confirma el hundimiento de Ciutadans, que en 2019 consiguió tres concejales, ya que casi no le da opciones de obtener representación, al igual que a Activem y Valents, que concurren por primera vez.
Otro punto que hay que destacar es que hay muchos indecisos, porque uno de cada cuatro encuestados no responde a quién votará ni tampoco si acudirá o no a las urnas, mientras que un 18,5% ya habría decidido abstenerse. Es un sondeo cuyos resultados gustarán mucho, poco o nada en función del partido. Y también sucede lo mismo con los ciudadanos.
Aunque la expresión “todos los políticos son iguales” se ha convertido en muy habitual, seguro que a la gran mayoría de electores les gustaría más un determinado resultado que otro. Por eso hay que hacer una vez más un llamamiento a acudir a las urnas el próximo domingo, y más teniendo en cuenta que, por lo que respecta a Lleida ciudad, todo hace prever que un puñado de votos puede modificar notablemente el reparto final de las 27 sillas del pleno. Para empezar, este será diferente en función del número y de las formaciones que finalmente accedan al mismo.
Y este factor, conjuntamente con el de cuál sea la candidatura más votada, será decisivo para saber quién será alcalde y con qué gobierno. Lo que sí parece claro es que se mantendrá la fragmentación política iniciada en 2015 y que serán necesarios pactos, ya sean para formar un gobierno con mayoría o bien para acuerdos puntuales si hay uno en minoría. En esta tesitura, no está de más reclamar que todos hagan un esfuerzo para buscar puntos de consenso, sobre todo en cuestiones de interés general.
No se trata de que nadie renuncie a su modelo comercial, por poner solo un ejemplo de un tema en el que hay muchas diferencias, pero sí de ser capaces de impulsar proyectos de ciudad que puedan contar con el apoyo de una amplia mayoría.