EDITORIAL
En río revuelto
Hoy se constituyen los 231 ayuntamientos de Lleida, que decidirán muchas de las cosas que tienen que ver con el bien común de los 441.443 habitantes de Ponent, el Pirineo y Aran de los próximos cuatro años. Los hombres y mujeres que han sido elegidos para el mandato que hoy comienza tienen como principal obligación distribuir equitativamente los impuestos municipales que pagamos, las infraestructuras que pueden mejorar la cotidianeidad, velar por la seguridad y tranquilidad de las calles y viviendas, impulsar la cultura, el deporte, la economía y el bienestar social. Y, por supuesto, colaborar con el resto de administraciones para que la sanidad, la educación y la economía de cada localidad cubran las necesidades de la población en general.
Los ayuntamientos son el primer escalón de la res pública y tanto a los ediles como a los alcaldes y alcaldesas se les presupone una vocación de servicio intrínseca a la política local. Pero es evidente que los ciudadanos tienen ideologías, orígenes, culturas e intereses diversos y por ello existe un amplio abanico de siglas políticas que intentan representarles. En relación con estos partidos, las urnas del pasado 28 de mayo posibilitan sacar varias conclusiones.
La primera y más preocupante es el alto índice de abstención, que, por primera vez en la historia de la democracia, tanto en Lleida como en el resto de Catalunya, supera el 40% y, en algunos municipios, como Lleida capital, por ejemplo, está cerquísima del 50%. Para reflexionar. En cuanto a los resultados, pese a que ERC sufrió un duro castigo el 28-M, sumando 300.000 votos menos en toda Catalunya, lo que en Ponent le ha comportado perder la capital, Balaguer y Cervera, los negociadores de los republicanos se han mostrado mucho más hábiles que los de Junts y consiguen mantener la segunda capital en número de habitantes de Lleida, Tàrrega, así como Sort, y estarán en el gobierno de Les Borges e intentan cerrar también Solsona.
Además, y no es poco, la diputación de Lleida seguirá presidida por ERC gracias a su pacto con socialistas y Pacte Local. En el otro extremo tenemos a JxCat, que, habiendo logrado unos resultados más que buenos, se quedan sin presidir ninguna alcaldía de capital de comarca. Estos rifirrafes de los últimos años entre los dos partidos independentistas mayoritarios tienen un ganador: el PSC, que tendrá la vara de la alcaldía o formará parte de los gobiernos de 9 de las doce capitales comarcales de Lleida, con la guinda de la capital, que tras 4 años de mandato de Esquerra y Junts vuelve a manos socialistas.
Mención aparte merecen el PP, con un gran resultado en la capital del Segrià, la entrada de Vox en la Paeria, la supremacía de la CUP sobre los comunes en comarcas y el extraordinario rédito que logra Pacte Local, que tendrá la alcaldía de Mollerussa y con un solo diputado ha decidido la Diputación y varios consistorios. .