EDITORIAL
Contra la regresión de las libertades
“No hay ni pactos, ni acuerdos, ni divorcios duros que justifiquen blanquear la violencia de género”, advirtió ayer la portavoz del Gobierno, la socialista Isabel Rodríguez, para replicar a Nuñez Feijóo, que la víspera atribuyó precisamente a que “tuvo un divorcio duro” la condena por violencia machista que le fue impuesta al que fuera candidato de Vox en la Comunidad Valenciana, Carlos Flores. Las conquistas que han conseguido las mujeres en las últimas décadas, gracias también a la sensibilización general de la sociedad sobre la igualdad, no deberían ser moneda de cambio ni arma arrojadiza electoral para ninguno de los partidos que concurren a las próximas elecciones generales del 23 de julio, por mucho que Vox quiera centrar en este tema, la inmigración y los pactos con independentistas catalanes y vascos la campaña. Y si lo hace, el resto del arco parlamentario, tanto de derechas como de centro o de izquierdas, debe contestar con cifras, estadísticas y realidades contrastadas que van desde las asesinadas cada año a manos de sus parejas, exparejas o desconocidos, hasta las denuncias de violaciones cotidianas, tanto en el ámbito familiar como en el del ocio, laboral o recreativo.
A los populismos o extremismos no se les debe combatir con cordones sanitarios ni exclusión del debate público, más bien todo lo contrario, su intento de distorsionar o disfrazar la verdad solo puede ser desmoronada con la verdad, el arma más poderosa contra la intolerancia y las desigualdades. Y como ejemplo de esta regresión de derechos individuales y colectivos, ya tenemos en las Islas Baleares un presidente del Parlamento de Vox, que a buen seguro declarará la guerra a la lengua catalana y comportará un choque cultural de primer orden, al igual que la eliminación de consejerías de feminismos o de violencia de género en la mayoría de comunidades autónomas gobernadas por la ultraderecha. La amenaza de destrucción de derechos y libertades que han costado décadas conseguir no las puede consentir ningún demócrata.
Y en esta línea, hay que felicitar al PP por romper con Vox en Extremadura, entre otros motivos, por negar la evidencia de la violencia machista.
Brecha salarialUno de los datos que corroboran precisamente que el largo camino por la igualdad todavía no ha llegado a su meta es que las mujeres acumularon un año más los peores salarios. En 2021, la remuneración media de los hombres fue de 28.388,69 euros, ganancia que se reduce en las trabajadoras femeninas a 23.175,95 euros, según la encuesta anual de estructura salarial que publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE) ayer martes.
No hay nada como las cifras para conocer la realidad.