EDITORIAL
Tragedia en Gimenells
La muerte de un hombre de 30 años en Gimenells en una hoguera de Sant Joan, a la que todo apunta que se introdujo por voluntad propia en un elevado estado de embriaguez, es una tragedia que eclipsa el espíritu mágico con el que cada rincón de las comarcas de Ponent, el Pirineo y Aran afrontaron la noche más corta del año y que da la bienvenida al verano. Una tradición ancestral de culto al fuego y que desde 1963 también simboliza la vitalidad y la persistencia de la cultura catalana y su lengua, encarnada en la Flama del Canigó que recorre todo los territorios a manos de portadores voluntarios. Las fallas y las quemas de Eth Haro en la Val, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, son una tradición al alza y gran atracción turística que en algunos municipios se ha mantenido desde hace siglos y en otros se ha relanzado en las últimas décadas gracias a la implicación de jóvenes, ayuntamientos y asociaciones vecinales.
Hay pocos lugares en el mundo que celebren el solsticio de verano con estas fiestas populares tan integradas en el legado cultural recibido y, a la vez, tan abiertas a las nuevas costumbres y generaciones. Un patrimonio inmenso que hemos heredado y que nos mantiene enraizados a la tierra, en una perspectiva de pertenencia que siempre enriquece. En cuanto a lo sucedido en Gimenells i Pla de la Font, poco a añadir a lo explicado por su alcalde, Dante Pérez, Bomberos y Mossos.
Este joven tenía antecedentes de problemas de salud mental, lo que junto a que estaba ebrio, propició el fatal desenlace, que nadie pudo evitar y que dada la virulencia de las llamas tampoco pudo hacerse nada por salvarle la vida. Nuestras condolencias a sus allegados y a todos los vecinos de este municipio del Segrià que suspendió ayer los festejos que tenía previstos para celebrar el ascenso del equipo de fútbol. Lo que procede ahora, además de ayudar a sus allegados, es evitar a los niños y adolescentes el trauma que puede comportar ver en una noche tan bonita cómo alguien arde ante tus ojos sin que se pueda hacer nada. Una catarsis colectiva que solo el tiempo podrá curar.
El narcotráfico
Dos personas murieron a última hora del viernes en un tiroteo registrado en Alella (Maresme), ante lo que los Mossos sospechan que puede tratarse de un nuevo ajuste de cuentas por drogas. Cuando el comisario de Lleida, Josep Maria Estela, aseguró en el Dia de les Esquadres que la lucha contra la violencia machista y el cultivo y tráfico de drogas eran sus prioridades no hablaba por hablar, ya que las cifras de muertes y violencia en ambos casos están aumentando de forma progresiva en toda Catalunya y el narcotráfico es ya un problema muy serio.