La campaña más atípica y polarizada

Sin tiempo a digerir los resultados de las municipales ya empezamos una nueva campaña electoral, en esta ocasión para las elecciones generales convocadas por Pedro Sánchez después de la derrota socialista en las municipales y a la vista del clima político que hacía complicado mantener la legislatura hasta diciembre. Estamos ante unas elecciones atípicas que por primera vez se celebrarán en pleno verano, con el consiguiente riesgo de abstención, que además llegan en medio de la presidencia española de la Unión Europea y que se presentan más bipolarizadas que nunca, entre la derecha y la izquierda, PP o PSOE, con el factor añadido de que tanto por un lado como por otro necesitaran para alcanzar una mayoría suficiente del apoyo de los grupos situados en los dos extremos, Vox por la derecha o la coalición Sumar por la izquierda. Se perfila tan atípica la campaña que el balance de la legislatura cerrada sirve para el argumentario de los dos bloques: para la derecha, ha de ser el fin del gobierno Frankenstein que ha pactado con los enemigos de España, independentistas vascos y catalanes a los que ha indultado, que ha aprobado leyes contra la familia y que han rebajado la pena a violadores y es la forma de tumbar el sanchismo como epítome del engaño, la falsedad y la traición.

Para la izquierda el mismo periodo ha sido tan fructífero en avances sociales como en resultados económicos con notable aumento del salario mínimo, la excepción ibérica para contener el precio de la luz y mejor evolución que el resto de Europa en crecimiento y empleo. Y además, según la izquierda, se ha normalizado la situación en Catalunya, que con el PP estaba al borde de la ruptura, y se ha integrado en los mecanismos democráticos a los continuadores de Herri Batasuna. Son dos lecturas contrapuestas de unos mismos hechos que también arrojan previsiones antagónicas en las encuestas: el PP obtendría más escaños en el conjunto estatal, pero el PSC sería el gran triunfador en Catalunya, confirmando las tesis de que lo que le da votos al PSC en el principado se los quita al PSOE en España.

El promedio de encuestas da dos puntos de ventaja al PP sobre el PSOE, pero ya hemos visto a Pedro Sánchez recuperarse en situaciones más complicadas y como en esta precampaña ha sabido vender su producto con eficacia en los foros televisivos que hasta ahora le eran más hostiles. Ha dado más explicaciones Sánchez en estas últimas tres semanas con su gira de entrevistas en los medios que en los tres años anteriores y a la vista de los resultados hay que preguntarse por qué no lo hizo antes. Y habrá que despejar la incógnita de quién resulta más decisivo: Vox o Sumar, porque ni Sánchez ni Núñez Feijóo conseguirán la mayoría necesaria.

Y a la vista de cómo se ha ido pactando en las autonomías y ayuntamientos donde ha sido necesario, que nadie dude que el PP y Vox sumarán esfuerzos.