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Nos hemos acostumbrado a que la verdad sea la primera víctima de algunas campañas electorales y ya explicamos cómo en el cara a cara entre Sánchez y Feijóo se deslizaron, más por parte del segundo aunque al primero también se le escapó alguna, numerosas medias verdades, interpretaciones sesgadas y directamente mentiras, sin la menor intervención de los moderadores, y con una contundencia que para los espectadores poco informados podía sonar a certezas inmutables. En una entrevista directa, si hay periodistas bien documentados, se puede cortocircuitar el engaño como le sucedió al candidato del PP en una entrevista en TVE con la periodista Silvia Intxaurrondo que le rectificó en directo. Aseguraba Feijóo que el PP siempre había revalorizado las pensiones conforme al IPC y la periodista le dijo que no era correcto porque en 2012, 2013 y 2017 con Rajoy como presidente las pensiones subieron por debajo de la inflación.

Se enzarzaron en una discusión sobre datos y Feijóo aprovechaba cada pregunta para insistir y exigir una rectificación. Ya después de la entrevista, el PP matizó en las redes que siempre había revalorizado las pensiones y que nunca las había congelado, mientras que el PSOE sí lo había hecho. Una rectificación a medias porque subieron muy por debajo de la inflación y que invalida las tesis de Feijóo en el cara a cara, en la entrevista y en buena parte de la campaña, en la que se presenta como adalid de la verdad, que recuperará la importancia de la palabra dada, después del sanchismo que en su estrategia va asociado siempre al engaño.

Lo llamativo es que hasta ahora le ha funcionado la táctica y no se le han reprochado los engaños sobre la resolución judicial del caso Pegasus o la votación de Podemos sobre la violencia de género o su postura dubitativa ante Vox y ahora el patinazo sobre pensiones no ha merecido la atención de la mayoría de medios de Madrid. Son las ventajas de controlar los altavoces, marcar la agenda y adornarse, encuestas en la mano, con el aura de vencedor. Pero ya veremos qué dicen las urnas el domingo.Putin vuelve a la cargaA la vista de que los frentes se han estabilizado y tiene la guerra cuesta arriba, Putin ha vuelto a poner en peligro la estabilidad mundial con su decisión de no prorrogar el acuerdo que permitía exportar grano ucraniano por el mar Negro.

Era el único acuerdo al que habían llegado Rusia y Ucrania con la mediación de Turquía y la ONU que ha garantizado el suministro a todo el mundo de uno de los principales exportadores de cereal. Ahora, Rusia quiere imponer nuevas exigencias para renovar el pacto y la primera consecuencia será el encarecimiento de productos básicos para la alimentación. Putin vuelve a jugar con el hambre de millones de personas.

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