SEGRE

Creado:

Actualizado:

Con el debate del grupo SEGRE, como ya es tradicional, se cerró ayer una de las campañas electorales más atípicas que ha vivido la democracia española. Atípica porque por primera vez tendremos que votar en pleno verano con altas temperaturas y después de una campaña que también ha sido atípica porque los mítines han vuelto a quedar en segundo plano por el calor y también por el mayor impacto de los medios audiovisuales y las redes sociales y atípicos han sido los grandes ejes de discusión: las mentiras o medias verdades del cara a cara, la revalorización de pensiones, el voto por correo y ya en la recta final las foto de Feijóo con un implicado en el contrabando o el desmentido de Bruselas a Sánchez por el peaje de las autovías. Todo muy polarizado en torno a Sánchez o Feijóo, los dos únicos con opción a la Moncloa, con los demás contendientes, Sumar y Vox, en un segundo plano en la batalla para convertirse en los socios de quien gobierne, y los partidos nacionalistas abocados a pronunciarse sobre el binomio y el precio que fijarán a un posible apoyo.

En el conjunto de la campaña se ha hablado muy poco de Catalunya y solo el candidato de Vox anunció en la última semana que si gobernaba la derecha se endurecería la situación en Catalunya y amenazando con que no les temblaría el pulso para aplicar un nuevo 155. El PP ha preferido pasar de puntillas sobre el tema, el PSOE se ha limitado a comparar la situación actual con la de 2017 pero sin demasiado énfasis temiendo que los indultos o los cambios legales puedan costarle votos en el resto de España, Sumar se ha limitado a repetir su apoyo a un referéndum y entre los independentistas se ha mantenido la brecha abierta entre ERC, a favor de una vía posibilista y anunciando sus exigencias para un nuevo apoyo a Sánchez, y Junts que ha hecho campaña que para Catalunya no hay diferencia entre Sánchez y Feijóo. Las opciones están muy claras y la derecha anuncia el final del sanchismo, como sinónimo de engaño y pacto con los independentistas, mientras que la izquierda avisa de que podemos retroceder a tiempos del franquismo a la vista de los pactos en algunas autonomías entre PP y Vox.

Con esta polarización, lo previsible es que haya un buen nivel de participación, pese a las altas temperaturas, y de hecho el voto por correo ha alcanzado un inusual diez por ciento. Y por lo que respecta a Lleida, el debate del grup SEGRE fue un buen resumen de campaña mostrando la experiencia y las tablas de Montse Mínguez e Isidre Gavín y el equilibrio de Inés Granollers para recalcar que Junts no es su enemigo y que buenas medidas como el aumento de las pensiones y del salario medio han sido posibles por su apoyo al gobierno de Sánchez. La suerte está echada, habrá que ver cómo se valora la gestión de la legislatura y si funciona el voto del miedo.

Tenemos la palabra los ciudadanos.

tracking