EDITORIAL
Récord de empleos
Por primera vez en la historia de España, hay más de 21 millones de españoles con empleo según los datos del segundo trimestre de la Encuesta de Población Activa, que presenta unos excelentes resultados, como la mayor creación de empleo, más de 603.000 trabajadores se incorporaron al mercado laboral entre abril y junio, cifras que están por encima de cuando vivíamos la burbuja del ladrillo, o paralelamente la drástica reducción del paro, que desciende en 365.000 personas, hasta quedar en 2,76 millones de parados, con una tasa de desempleo del 11,6 por ciento, que es la más baja desde 2008, antes de que estallara la burbuja financiera. También es positivo que, gracias en parte a la reforma laboral, se haya reducido la temporalidad en ocho puntos, de forma que antes estaba en el 25,4 y ahora está en el 17,3, o, expresado en términos absolutos, casi 15 millones de trabajadores tienen contrato indefinido, mientras que son tres millones los que continúan con contratos temporales. Esta buena evolución ha sido generalizada en todo el país gracias al impacto del sector servicios, que, con las campañas turísticas, es el que más empleo ha generado, pero también la construcción muestra síntomas de recuperación.
También en Lleida los resultados de la EPA han sido muy positivos, con la creación neta de 2.100 empleos y la reducción del paro en seis mil personas, comparando con la EPA del pasado año, a remolque en el caso leridano del impulso del turismo y de la recuperación del sector industrial, donde se crearon 4.300 empleos y se ha bajado la tasa de desempleo a un 7,7 por ciento, prácticamente paro técnico. Son buenos datos, que se suman a la previsión de crecimiento del 2,5 para España, pero que conviene tomar con prudencia y huir del triunfalismo porque hay que trasladarlos a la microeconomía, a los miles de hogares que siguen teniendo problemas para llegar a fin de mes y porque siempre hay nubarrones como la falta de control de la inflación, la subida de tipos de interés que puede afectar a la competitividad de las empresas o la inestabilidad nacional e internacional, que puede generar nuevas tensiones que se trasladan rápidamente a la economía.Perdidos sin internet La evolución tecnológica ha permitido grandes avances, simplificar gestiones y también hacerlas instantáneamente, pero también ha creado una dependencia que se traduce en caos cuando se registra un fallo. El jueves por la mañana padecimos los efectos de esta dependencia que nos hemos generado cuando una avería de Movistar en una central en Alcalde Sol nos dejó sin teléfono, ni red.
Se paralizaron el comercio, la banca o las farmacias y esto nos obliga a pensar para el futuro en alternativas o redes dobladas porque no podemos pasar sin internet.