EDITORIAL
Más alcaldesas, pero aún sin paridad
Sesenta y siete de los 231 ayuntamientos de las comarcas de Lleida están encabezados por mujeres, lo que representa el 29% del total, muy lejos de la paridad. El número de alcaldesas tiende progresivamente al alza en los últimos mandatos, como prueba, el hecho de que en el anterior eran medio centenar. Además, cada vez son más las que están al frente de los principales municipios y también de los más pequeños, donde la participación política de la mujer siempre ha tenido más dificultades.
Este incremento es una buena noticia, pero hay que precisar que todavía se queda muy corto, y más si se tiene en cuenta que desde 2007 la ley obliga a la paridad en las listas electorales, de forma que como mínimo tiene que haber un 40% de mujeres. Es cierto que se ha recorrido mucho camino, porque en las primeras elecciones municipales democráticas después del franquismo en toda Lleida únicamente salieron elegidas 3 alcaldesas y 103 en el conjunto del estado. De alguna manera, el análisis de los cargos electos en la administración municipal refleja la situación de muchos ámbitos de la sociedad: en lo que respecta a las cifras totales, la representación por sexos es paritaria, pero los hombres continúan manteniendo una clara mayoría entre los que ostentan la vara de mando.
Hay que trabajar para alcanzar la paridad efectiva en todos los sectores, y para ello es necesario que los poderes públicos den ejemplo. La época de las fotografías oficiales en que las mujeres son minoría debe pasar a la historia, y ahora todavía es más necesaria esta reivindicación frente a las fuerzas políticas que quieren revertir derechos de las mujeres que han costado mucho de conseguir.IntolerableLos Mossos d’Esquadra han evitado que tres hermanas residentes en la Segarra, dos de ellas menores, fueran víctimas de un matrimonio forzoso y de la mutilación genital femenina, en un asunto en el que ya se han interrogado a los padres. El caso se produjo el pasado mes de junio, cuando Educación y el CAP alertaron del riesgo inminente de que las tres hermanas viajaran con su familia a su país de origen, en el Sahel, y que allí se les sometiera a la ablación y que se les obligara a casarse en contra de su voluntad.
Estas prácticas ilegales y ancestrales deben erradicarse al cien por cien porque no hay parámetro religioso o cultural que deba respetarse si parte de la sumisión de las mujeres. La violencia machista tiene muchas caras y la mutilación genital es una de las más desconocidas pero desgraciadamente muy presente. Según datos de la OMS, cada año unos 3 millones de niñas son víctimas de esta brutalidad que se practica en 28 países de África y en algunos de Asia y Oriente Medio.
Intolerable e inasumible en el siglo XXI.