EDITORIAL
Iniciativas ante el problema de la vivienda
El Institut Català del Sòl (Incasòl) ha recibido ofertas para comprar bloques de pisos en Lleida ciudad, Balaguer, Tàrrega, Sort y Bellpuig. Se trata de inmuebles inacabados, o bien terminados pero vacíos por diversas problemáticas. Responden así al llamamiento que hizo el pasado mes de abril este organismo de la Generalitat para adquirir edificios de viviendas, completar las obras pendientes allí donde sea necesario y destinarlos a alquiler asequible o social.
El Incasòl dispone de una partida de 100 millones de euros para ampliar el parque de vivienda pública en toda Catalunya y la decisión sobre cuáles comprar se espera para finales de este año. Cuando el Incasòl anunció esta iniciativa, limitó su llamamiento a una lista de municipios con una “fuerte y acreditada demanda de vivienda” y con “escasez de oportunidades de alquiler con algún tipo de protección”, según el texto de la convocatoria. Esta incluyó un total de 17 municipios de las comarcas de Lleida y planteó la posibilidad de adquirir inmuebles por terminar para “fomentar la rehabilitación urbana”.
Las ofertas en proceso de evaluación en cinco localidades leridanas forman parte de las treinta en toda Catalunya que han superado una criba inicial de la Generalitat para verificar que los edificios cumplen sus requisitos: tener un mínimo de diez viviendas si están terminados o de veinte si no lo están, cada una de ellas con una superficie útil de entre 40 y 90 metros cuadrados. Está previsto que personal del Incasòl visite en los próximos meses cada uno de estos edificios para hacer una valoración económica y técnica, en base a la cual decidirá cuáles comprar. La iniciativa es buena, como lo es que además de los propietarios también puedan instar desokupaciones los ayuntamientos, cuando los propietarios no lo hacen, y que los ayuntamientos, como el de La Vansa, en el Alt Urgell, promuevan viviendas sociales, aunque sea hipotecándose, u otras varias iniciativas que están llevando a cabo pueblos de Lleida para reocupar casas vacías y asentar a vecinos en el territorio.
El movimiento se demuestra andando y es hora de llevar a la práctica cualquier proyecto que esté al alcance de las administraciones para afrontar el problema actual de vivienda, tanto de propiedad como de alquiler, que es cara e insuficiente, mientras existen miles de pisos vacíos y deshabitados y un sinfín de personas que malviven sin un techo estable o asequible.
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