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Una pequeña modificación jurídica aprobada en la junta de gobierno de la Paeria de este mes ha servido para desencallar el plan comercial de Torre Salses donde la promotora Promenade intenta construir un parque comercial. Durante el pasado mandato, el proyecto estaba bloqueado porque uno de los puntos programáticos del equipo de gobierno era oponerse a esta nueva superficie comercial porque no coincidía con su diseño de ciudad y más concretamente con su modelo para el comercio, basado en el de proximidad y no en las grandes superficies. Las diferencias se llegaron a plasmar en una querella por prevaricación contra el entonces alcalde Miquel Pueyo y su primer teniente de alcalde Toni Postius, que todavía está en fase de instrucción.

En la tramitación del proyecto se juntaron las trabas burocráticas que llegaban desde la Paeria y las deficiencias detectadas por el Registro de la Propiedad para inscribir la finca y poder solicitar la correspondiente licencia comercial a la Generalitat, que la archivó en febrero de 2022 alegando que Promenade no era la titular al cien por cien de los terrenos. Para subsanar este error, la junta de gobierno aprobó el 2 de agosto la “rectificación de errores en la operación jurídica complementaria del texto refundido del proyecto de reparcelación del plan parcial del sector SUR 42 Torre Salses” y con este trámite menor se podrán registrar los terrenos, la Paeria podrá sacar a subasta la parcela de su propiedad y podrá adquirirla Promenade en virtud del convenio firmado con la Paeria por el que se comprometía a pagar 1,2 millones, además de los 4 que la promotora ha puesto a disposición de la Paeria para las obras del imprescindible vial Víctor Torres. Faltarán entonces la licencia comercial de la Generalitat y la de obras de la Paeria que, a priori, no parecen plantear demasiados problemas porque el actual equipo de gobierno sí es partidario de autorizar la nueva superficie comercial.

Con este pequeño trámite empieza a cerrarse un largo episodio sobre el modelo comercial de la ciudad durante el que no se ha tomado ninguna medida efectiva y la ciudad ha seguido perdiendo competitividad y cuota de mercado frente a otras ciudades como Reus, Tarragona, Zaragoza o sobre todo Barcelona, que sí han ampliado su oferta y han conseguido captar clientes de Lleida. Todos estamos de acuerdo en apoyar el comercio de proximidad y el de barrio, pero conviene recordar que la instalación de Pryca en 1986 ya generó un debate similar, y también querellas contra el alcalde de entonces, y en la práctica se ha visto cómo ha generado una nueva zona comercial alrededor, y que los principales competidores del comercio de barrio son las franquicias y la venta online. Hay que proteger al pequeño comercio, pero la competencia es buena en todos los sectores, y el comercio de Lleida necesita dinamización y mejorar su oferta.

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