EDITORIAL
“I’m a catalan”
Ni Pedro Sánchez ni Alberto Núñez Feijóo tienen asegurados los votos para superar la investidura. Los populares, que ganaron las elecciones, no contaron ni con los votos de Vox para la constitución de la Mesa y, aunque los lograran, si el rey les encarga primero a ellos la posibilidad de formar gobierno, se verían abocados a un nuevo fracaso porque bajo ninguna aritmética parlamentaria obtendrían los 176 votos que requiere la mayoría absoluta y, en segunda ronda, los “síes” (172) serían menos que los “noes” (178). Tampoco el PSOE suma los suficientes apoyos, puesto que los partidos independentistas ya dejaron claro que su “sí” inicial no era trasladable a la investidura, ya que tanto ERC como Junts rechazan cualquier alianza que no pase por la amnistía y un pacto por el reconocimiento del derecho de autodeterminación de Catalunya.
Llegados a este punto, cobra más importancia el espíritu de un estado plurinacional que defiende una parte del PSOE, por el que luchó el president Maragall y que siempre ha defendido la actual presidenta del Congreso, Francina Armengol. El acto de ayer en Prada de Conflent en homenaje a Pau Casals demuestra, una vez más, que en Catalunya hay un amplísimo consenso por la defensa de la lengua, la cultura y la identidad catalana, puesto que los presidentes de la Generalitat que asistieron, todos desde la restauración democrática menos el citado Maragall por su enfermedad y Artur Mas por asuntos familiares, recalcaron estos puntos en común y, con base en esta amplia sensibilidad y diversidad, hay que buscar consensos que representen a la mayoría de ciudadanos. Esperemos que el PSOE encuentre la inteligencia histórica ante esta oportunidad que dan las urnas y que los partidos catalanes sepan aunar sus intereses con los de toda la ciudadanía.
Pau Casals lo dijo ante la ONU en 1971 en su discurso I’m a catalan, que ayer se rememoró en Prada de Conflent: “Catalunya es ahora una región de España pero fue la nación más grande del mundo y tuvo el primer parlamento democrático, antes que Inglaterra, que está por la paz y contra todas las guerras.” Vergüenza es pocoEl beso del presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, a Jenni Hermoso demuestra que Alèxia Putellas tiene razón cuando reclama cambios importantes en la actitud de los estamentos deportivos ante el fútbol femenino y que, por mucho que la selección se coronara el domingo como la mejor del mundo, el machismo sigue presente en la cabeza de mandatarios como Rubiales. ¿Acaso se hubiera atrevido a atrapar a Iniesta o Xavi con sus manos y besarles en los labios tras ganar el Mundial? En la respuesta está la realidad. Vergüenza.