EDITORIAL
Diálogo ante el conflicto por la caza
Más de 300 cazadores participaron el sábado en una concentración en Cubells y una posterior marcha lenta por carretera desde esta localidad hasta Ponts, pasando por Artesa de Segre, con el posterior regreso al punto de inicio. La movilización convocada por la plataforma Gossers de Catalunya protestaba contra una nueva normativa de la Generalitat que exige a los que sean propietarios de 14 canes o más disponer de perreras deportivas para ellos, lo que comporta requisitos de construcción como que tengan un 5% de inclinación respecto al suelo y que estén al menos a 200 metros de distancia de granjas. También incorpora la obligación de sacar a los perros fuera de la instalación al menos una hora al día y prohíbe que su alimentación básica sea a base de carcanadas.
La entidad está a favor de regular la tenencia de perros, pero discrepa de varios de los criterios fijados y, además, reclama que los cazadores tengan un mayor peso en la elaboración de la nueva ley de caza que prepara la Generalitat. Esta administración, por su parte, asegura que la nueva norma se ha hecho de acuerdo con la Federación de Caza, que no ha secundado esta protesta. Sea como sea, la magnitud de la movilización, que incluye una huelga de caza, supone un problema en un momento en que esta actividad se ha convertido en esencial para intentar poner coto a los perjuicios que provoca la sobrepoblación de animales como los jabalíes, conejos y, cada vez más, corzos.
Por eso haría bien la Generalitat en intentar buscar una solución satisfactoria para todas las partes. Sin posiciones inflexibles, seguro que es posible encontrar puntos de encuentro, partiendo de la base de que, por un lado, los cazadores son los primeros interesados en mantener a sus perros en buen estado y, por el otro, que debe haber mecanismos que permitan castigar a los que incumplan esta premisa. Buscar fórmulas que permitan compatibilizar la caza con el bienestar de los perros y con otras actividades en la naturaleza interesa a todos.Ayuda a los damnificadosEl gran terremoto en Marruecos, que ha causado más de 2.000 muertos, se ha vivido de forma mucho más próxima que otros registrados en este país hace unas décadas por el gran número de marroquíes que se han establecido en Lleida y Catalunya y porque son muchos los catalanes que viajan por turismo o negocios a este país.
Ayer, Lleida expresó su solidaridad con un minuto de silencio y la Paeria animó a sumarse a las acciones de ayuda. Sobre este punto, llama la atención que Marruecos tardara más de 24 horas en solicitar ayuda internacional y solo a 4 países, por lo que no estaría de más intentar garantizar que esta ayuda acabe llegando a los damnificados.