EDITORIAL
Adaptación al cambio climático
La Estratègia catalana d’adaptació al canvi climàtic 2021-2030, elaborada por la Generalitat, alerta de los grandes peligros a los que se enfrenta el sector agrario, desde la disminución de las horas de frío en invierno hasta la caída de precipitaciones pasando por el aumento de las temperaturas o las olas de calor. Los riesgos también son evidentes: merma de calidad de los productos agrarios, aumento de las necesidades hídricas, disminución de producciones alimentarias, pérdida de zonas óptimas para cultivos, rebaja del bienestar animal e incluso mortalidad. Dicho de otra forma y como han advertido investigadores del IRTA, el cambio climático pondrá en peligro la supervivencia de cultivos, tanto de secanos como de regadíos.
En los primeros, esta campaña ha habido pírricas producciones de cereales de invierno en Lleida, pero también se repiten en el caso de los viñedos o los olivos de Les Garrigues, por poner solo unos ejemplos. En los campos con agua, la grave sequía se ha traducido en duras restricciones en el Canal d’Urgell que han impedido las plantaciones de maíz este verano para salvar los frutales. Unos datos con los que el investigador emérito del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA) Robert Savé deja claro que es necesario repensar toda la cadena alimentaria.
Llevamos muchos meses, incluso años nos atreveríamos a decir, advirtiendo de la reestructuración de muchos sectores a los que obligará el cambio climático y que no se circunscribe solo al sector agroalimentario. Los horarios laborales de varios sectores, las climatizaciones de escuelas en junio y septiembre, residencias y actividades de la tercera edad, eventos cultuales, musicales y deportivos, así como las propias viviendas deben ir adaptándose a la realidad medioambiental y climática. No se trata de anunciar el apocalipsis por unas trombas de agua en septiembre, dado que toda la vida se han sucedido períodos de mayor o menor sequía y fenómenos meteorológicos adversos.
Se trata, estadística en mano, de ser conscientes de que cada vez llueve menos y de que las estaciones se están alargando y acortando a su vez, que la temperatura de la Tierra sube irremediablemente y que todos los signos y datos nos están diciendo hace años que debemos ahorrar agua y reconvertir nuestro hábitat, y que no podemos demorar más las medidas.Any OróNo solemos utilizar esta sección de opinión para recomendar actos, pero haremos una excepción para sugerir a nuestros lectores la exposición del prestigioso científico leridano Joan Oró que se inauguró ayer en el IEI porque para saber hacia dónde va una civilización es imprescindible saber de dónde viene y la obsesión de Oró es sabiduría pura.