La imperiosa necesidad de las energías renovables
La técnica de mezclar la generación de energía renovable con agricultura sostenible fue descrita originalmente por Adolf Goetzberger y Armin Zastrow en 1981. Sin embargo, no fue hasta hace una década, con los estudios de rendimiento del francés Christophe Dupraz y su equipo, cuando el interés por esta modalidad comenzó a cobrar relevancia. Según estos estudios, los sistemas agrovoltaicos aumentan la productividad global de la tierra del 35 al 73 por ciento. Este concepto mezcla de forma natural el uso sostenible de las tierras de cultivo con la generación de energía renovable, habitualmente en forma de energía solar/fotovoltaica. Lleida estrenó el miércoles la primera finca agrícola que une cultivos y energía solar. Se trata de la instalación agrovoltaica experimental que el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) ha habilitado en Mollerussa. Combina frutales y una estructura metálica con paneles diseñada no solo para generar electricidad, sino también para proteger los árboles. La finca experimental de Mollerussa tiene una extensión de 2.880 metros cuadrados con manzanos de las variedades golden y gala. En ella se prueban dos tipos de instalaciones solares: una con paneles traslúcidos que permiten el paso de la luz solar y otra con placas fotovoltaicas móviles, cuya orientación varía para dosificar la luz que reciben los árboles. Vivimos tiempos de cambio climático, en los que fomentar energías alternativas no es ya un experimento, sino una imperiosa necesidad, dado que Catalunya va por detrás de la media española en estas producciones verdes que han de complementar y algún día sustituir completamente a los combustibles fósiles. Agua tenemos y es ineludible también impulsar su uso sostenible sin renunciar a las producciones agroganaderas, que han sido y son la principal aportación económica de las comarcas de Lleida. Pero los retos del presente obligan a proyectar racionalidad y tecnología punta en cada proceso productivo y los sistemas agrovoltaicos son una excelente realidad.
Lex artis
El Juzgado de lo Penal 2 de Lleida ha absuelto a la doctora del Arnau juzgada por hacer trasfusiones de sangre a un paciente testigo de Jehová el día 21 de julio de 2016. El juez determina, entre otros puntos, que la facultativa no tuvo “ningún acto lesivo hacia el paciente”, ni ejerció mala praxis, ni le causó ninguna lesión física ni psicológica. Tanto el juramento hipocrático como la lex artis obligan a respetar las decisiones de los pacientes, pero si les puede ir en ello la vida deben firmar un protocolo, lo que no se hizo en este caso, porque la principal misión de la doctora era salvarle la vida.