La crisis de Esquerra Republicana
El presidente de ERC, Oriol Junqueras, anunció el miércoles por la noche que dejará la presidencia del partido tras las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Según explicó la formación en un comunicado, Junqueras informó en el marco de la reunión de la Ejecutiva que, tras los comicios en la UE, “abrirá un proceso de reflexión y escucha activa antes de decidir su futuro”. La Ejecutiva Nacional de la formación también acordó la convocatoria de un Congreso Nacional para fijar la nueva estrategia de Esquerra, que cosechó en las elecciones catalanas del pasado domingo 20 diputados, 13 menos que en 2021, en el que ha sido un nuevo retroceso electoral que se suma a los ya sufridos en las últimas generales y municipales. El lunes, el presidente y candidato a la reelección, Pere Aragonès, ya avanzó que abandonará la primera línea política, mientras Marta Rovira tampoco seguirá como secretaria general, ya que ha anunciado que no se presentará en noviembre a la reelección para el cargo. En cambio, Oriol Junqueras aspira a llegar al congreso extraordinario con un aval claro de la militancia para repetir como presidente de la formación, pese a dejar el cargo temporalmente, según reiteró ayer en una rueda de prensa, en la que explicó que recorrerá Catalunya, escuchará a la ciudadanía y a la militancia y decidirá entonces si se presenta con una nueva propuesta. En este proceso interno, Esquerra tiene muchas cosas que reflexionar, la principal, sin duda, el porqué 80 años después de volver a ocupar la presidencia de la Generalitat no ha podido o sabido capitalizar la proyección y poder que da el ejecutivo catalán y órganos que le son inherentes, así como el resto de representación municipal y comarcal que dirige. Los republicanos lograron liderar la opción política independentista, relegando a Junts (antes PDeCAT y antes CiU), pero tras cuatro años de rifirrafes continuos con la formación soberanista de Puigdemont, tanto en el Govern como fuera de él, el partido de Junqueras vuelve a un papel secundario. Es mucho capital desaprovechado. Qué parte de culpa deben asumir los actuales líderes es un asunto interno del partido y que solo a ellos compete, pero la ciudadanía en general lo que espera de las estructuras del poder es que, sin renunciar a ninguna de sus prioridades ideológicas o nacionales, tengan como principal objetivo el bien común de todos los ciudadanos y que, sobre todo, tomen decisiones que contribuyan a mejorar los sectores sociales, tanto a nivel económico como del bienestar colectivo. Esquerra forma parte de la historia y del capital político de Catalunya, con dos grandes figuras que fueron Macià y Companys, y sus militantes deben encontrar la manera de superar esta crisis por el bien de la vida política catalana. Es un actor importante del arco parlamentario y de su estabilidad depende buena parte del futuro inmediato de este país.